
La fructosa es una forma de azúcar que se encuentra, de forma natural, en algunas frutas y verduras. Sin embargo, en la industria alimentaria, la fructosa se utiliza para endulzar, y potenciar el sabor, a otros alimentos que no resultan nada saludables y cuyo abuso puede llevar a graves problemas de salud.
El estreptococo del grupo B es una bacteria que puede tener la mujer tanto en los intestinos como en la vagina. Si bien en la mayoría de los casos es totalmente inofensiva, sí resulta muy peligrosa en el momento del parto, ya que aunque no tiene ninguna repercusión en las relaciones sexuales, en el momento del nacimiento del bebé, y al salir por el conducto vaginal, entra en contacto con ella, pudiéndole causar distintos problemas de salud, algunos muy graves. Esta bacteria, también, se puede transmitir a través de la leche materna.
En los últimos tiempos ha aumentado, de forma alarmante, el sobrepeso y la obesidad infantil. Las causas son, por lo general, la falta de ejercicio físico y la mala alimentación. Un exceso de sedentarismo, casi siempre impulsado por el abuso de las nuevas tecnologías, y una alimentación en la que imperan las bollerías industriales o las comidas rápidas, son los culpables más destacados, pero ¿sabías que también la alimentación durante el embarazo tiene una influencia directa y muy importante?
A lo largo del primer año nuestro bebé pasa de alimentarse sólo de leche, especialmente la de la madre, a tomar cualquier tipo de alimento. Se trata de un proceso biológico que nos irá marcando nuestro pediatra, paso a paso, para que no exista ningún tipo de problema, especialmente con las alergias y las intolerancias, que tan presentes están en los últimos tiempos.
Es inevitable que durante los meses de embarazo no caigamos en la tentación de abusar de ciertos alimentos. Con la perfecta excusa de los antojos y evitar aquello de que nuestro niño luzca un tatuaje de nuestro particular dulce, solemos hacer la vista gorda para no restringir ciertos caprichos que no son del todo sanos. Demasiado azúcar o grasas excesivas, son algunos de esos malos nutrientes que no nos convienen en absoluto.
El mundo del embarazo y la crianza de un bebé está lleno de misterios, tabúes o supersticiones que, en la mayoría de los casos, están basadas en creencias populares que poco o nada tienen de realidad. Algunas de ellas, en pleno siglo XXI nos parecen una tontería, pero hay otras que siguen arraigadas de tal forma, que ya no sabemos donde empieza o acaba el mito. De entre todas hemos destacado cinco, que vamos a desmontar en un santiamén.
Uno de los graves problemas a los que se tienen que enfrentar los bebés nacidos de forma prematura, es a la falta de azúcar en sangre. Este bajo nivel de glucosa puede acarrearle muchos y graves problemas de salud, especialmente cerebrales, por lo que es necesario inyectarles dosis de glucosa en sangre para compensar esta carencia. Al parecer afecta a uno de cada diez bebés nacidos antes de la semana 37 de embarazo.
De todos es conocida la necesidad de una buena alimentación durante la época del embarazo. Los excesos o desequilibrios en la dieta, no solo afectan a la mujer si no también a su bebé ya que le está transmitiendo una base de salud que no siempre es la adecuada. Por eso los médicos no dejan de aconsejarnos y realizar distintos estudios científicos para determinar si distintas anomalías, tanto físicas como de comportamiento, pudieran estar determinadas por el tipo de alimentación que tomamos durante esos 9 meses.
De vez en cuando nos llegan oleadas de productos que, si hasta ahora los habíamos considerado seguros, de repente se convierten en unos terribles enemigos no solo para nuestra cintura si no también para la salud. La última noticia que nos viene en relación a un informe sobre la alimentación europea nos deja una laguna importante sobre uno de los edulcorantes industriales más utilizados por el momento: el aspartamo.