Son numerosas las guías que existen en el mercado para que los padres primerizos no acaben agobiándose con sus tareas de crianza. Libros escritos por pediatras, psicólogos o profesionales de la educación para que esta tarea sea mucho más leve, amena y divertida. Aunque no están dirigidas, en exclusiva, a las madres, sí es cierto que somos nosotras las que, en la mayoría de los casos, asumimos esa responsabilidad.
Acabas de recibir la noticia de que estás embarazada, a partir de este momento todo un universo de dudas e inexplicables misterios van a cernirse sobre ti, pero para colmo, te van a llover mil consejos que, o no van a ayudarte a pasar el primer impacto o están tan alejados de tu propia realidad que sólo van a confundirte mucho más. Cada mujer es un mundo y su cuerpo único y, por lo tanto, su embarazo totalmente íntimo y exclusivo.
A partir del lunes 7 de mayo, las 700 farmacias de Aragón repartirán 7.000 ejemplares de la guía Mi bebé. Está dirigida a padres primerizos y es una iniciativa de los colegios de Farmacéuticos, Médicos y Enfermería de Aragón, además de la Asociación de Matronas de la misma comunidad. No es la primera vez que lo hacen pero no por ello deja de ser interesante.
La llegada de un bebé a casa siempre supone un nuevo reto en nuestra vida que conlleva, a su vez, un cúmulo de misterios e interrogantes que desvelar sobre cada uno de sus gestos y sus necesidades. ¿Lo estaré haciendo bien?, ¿estará bien cuidado? o ¿necesitará más cosas que yo no sé darle?, son algunas de la preguntas que, queramos o no, alguna vez se nos ha pasado por la cabeza.
La llegada del primer hijo suele ser una experiencia maravillosa pero que no está libre de grandes angustias y, quizás por ello, tremendos errores. La responsabilidad ante el cuidado y la educación de un ser humano, al que queremos colmar de todas las atenciones, no es tarea fácil, pero tampoco debe suponer una angustiosa aventura que nos impida disfrutar de la bella experiencia de la maternidad.
Una de las mayores satisfacciones que nos puede provocar el nacimiento de nuestro niño es que se parezca a nosotros. Esos pequeños rasgos físicos que, puede ser que vengan de largas generaciones, hacen que nos sintamos parte directa de ese ser al que, posiblemente, siempre veremos como la creación más perfecta del universo.