Libro: Se me hace bola
La relación de los niños con la comida no siempre es todo lo agradable que debería ser. Raro es aquel pequeño que acepta todo sin rechistar, adaptándose a los nuevos sabores y texturas sin poner un pero o tomando las cantidades adecuadas en su momento todos los días de la semana. Pero es que ni siquiera nosotros, los adultos, tenemos esa relación idílica con la alimentación ¿verdad?