Un nuevo estudio nos alerta sobre las complicaciones que puede acarrear la obesidad durante el embarazo. No sólo puede traer problemas a la madre sino que también pueden padecer las consecuencias los bebés en el futuro. Ya hemos hablado en otros artículos sobre cómo puede afectar la obesidad tanto en el embarazo como al feto.
La definición de autismo en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es "un síndrome infantil caracterizado por la incapacidad congénita de establecer contacto verbal y afectivo con las personas y por la necesidad de mantener absolutamente estable su entorno". Al parecer se pretende modificar dicha definición por una menos ofensiva, algo así como "trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social, caracterizado por patrones de comportamiento restringidos, repetitivos y estereotipados". Confiemos en que así sea.
Dentro de muy poco se celebrará el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, año a año recordamos esta fecha, para que tomemos conciencia respecto a los TEA.
Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Carolina Norte (Estados Unidos) ha revelado que el cerebro podría darnos algún tipo de pista para indicarnos la posibilidad de la aparición del autismo. La novedad e importancia del estudio radica en que los cerebros estudiados fueron los de bebés desde los seis meses hasta los dos años.
Los niños autistas no tienen ningún síntoma al nacer. Generalmente estos no aparecen hasta los 18 meses y suele diagnosticarse a los tres años. Los padres pueden reportar problemas de lenguaje alrededor de los dos años, como un primer síntoma visible del trastorno. Pero incluso hay casos en que lo que muestra el niño es una regresión, deja de hacer cosas que ya había aprendido. En esta enfermedad, como en otras muchas, un diagnóstico temprano es muy importante para una mejor evolución, pero es muy complicado hacerlo.
El daño que ha causado Andrew Wakefield con sus trabajos manipulados y sus mentiras intencionadas sobre la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y paperas), es incalculable. Fueron muchos los que creyeron en sus estudios y los que aún confían en él, sin que haya ningún motivo, como se ha constatado. A pesar de que se ha demostrado el fraude y que se ha desmentido categóricamente la relación entre la vacuna triple vírica y el autismo, hay quien sigue temiéndola.
El autismo infantil sigue siendo uno de esos grandes desconocidos dentro de la ciencia médica y científica. Por eso cada pequeño paso que va surgiendo a raíz de nuevas investigaciones, han de tomarse con la cautela pertinente, sabiendo que nos hallamos caminando sobre un paisaje desconocido.
En la actualidad ya se conocen muchos de los problemas con los que se enfrentan los bebés nacidos prematuramente. Los bebés nacidos antes de término pueden presentar problemas de salud y retrasos cognitivos. Hace un tiempo se publicó un estudio que indicaba que la prematuridad no tenía relación con el autismo. Sin embargo, dos años después de aquella publicación, nos encontramos con otra totalmente contraria. Un estudio realizado en Estados Unidos certifica la conexión existente entre el nacimiento pretérmino con la posibilidad de autismo.
A los padres de un hijo autista es normal que les preocupe la posibilidad de tener un siguiente hijo con el mismo tipo de trastorno. Hasta ahora se mantenía que tienen entre un 3 y un 10 por ciento más de posibilidades que una pareja sin hijos autistas. Sin embargo una nueva investigación publicada en Pediatrics, aumenta el riesgo casi al 19 por ciento.
La simple observación de nuestro bebé puede ayudarnos a sospechar que pueda tener un trastorno como el autismo. Un equipo de la Universidad de California ha realizado una investigación cuyo resultado permite, al menos, poner en alerta a padres y pediatra sobre el posible autismo del niño. En tan sólo cinco minutos se puede detectar si hay una sospecha de este cuadro, para confirmarlo después.
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