Definitivamente la triple vírica no tiene ninguna relación con el autismo

Definitivamente la triple vírica no tiene ninguna relación con el autismo

Escrito por: Belén    29 enero 2010     2 minutos

En 1998 se publicó en la revista médica The Lancet un estudio firmado por el Dr. Andrew Wakefield en el que se relacionaba la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) con 12 casos de Síndrome de Asperger, epilepsia y autismo en niños. Muchas familias dejaron de vacunar a sus hijos contra estas tres enfermedades y el sarampión resurgió en todo el mundo.

Tras dos años de investigación el Consejo General Médico Británico (CGMB) ha estudiado todos los datos relacionados con el mencionado artículo y ha concluído que no hay relación entre la vacuna y el autismo o el resto de enfermedades en niños. El Dr. Wakefield ha quedado totalmente desacreditado y en breve podría perder la licencia para ejercer la medicina.

Lo peor del asunto es que no se trata de un estudio mal realizado o con conclusiones erróneas, sino una actuación deshonesta e interesada por parte del médico. El mencionado doctor cobraba dinero de unas familias contrarias a las vacunas. Sometió a los pequeños a pruebas invasivas que no necesitaban, como colonoscopias y punciones lumbares. Llegó incluso a pagar a niños en la fiesta de cumpleaños de su hijo para que se dejaran hacer un análisis de sangre.

Según el CGMB ha pesar de que la teoría de Wakefield fue cuestionada desde un principio por sus propios colegas, este asunto trasciende las implicaciones médicas y los daños causados a la salud de muchos menores. Está también en juego la honestidad y la credibilidad de la profesión. The Lancet ha pedido perdón por la publicación en su día de la teoría, afirmando que nunca debió ser publicada. De hecho en 2004 editaron un artículo cuestionándola.

Lo peor, a parte del daño ya hecho, es que seguirá habiendo padres que se nieguen a vacunar a sus pequeños aludiendo al falso estudio de Wakefield. Se trata de tres enfermedades que pueden tener graves efectos secundarios incluso a largo plazo, por lo que si aún tienes alguna duda, consulta con tu pediatra y sabrá despejarlas.

Vía | El Mundo
Foto | Ungaman