¿Qué es el desarrollo psicosocial de los niños?

El proceso de evolución y crecimiento que experimenta el ser humano desde el nacimiento se pone de manifiesto desde distintos puntos de vista. El enfoque psicosocial hace referencia a la interacción que la persona tiene con el entorno.

Es decir, participa en un contexto en el que intervienen otros elementos. La casa, integrada por los seres queridos más cercanos, es un espacio de referencia para el niño. Un clima feliz fortalece el desarrollo pleno del peque.

La construcción del yo y el encuentro con los otros

Existe una relación entre el espacio exterior y el mundo interior. En un escenario de estas características, el bebé experimenta los beneficios que produce un ambiente estable, seguro, amable y nutritivo. En definitiva, existe un crecimiento físico, emocional y social. Distintas esferas que forman parte de la identidad del niño.

El proceso es paulatino y gradual, cada bebé muestra su propio ritmo desde el nacimiento. Pero dicho desarrollo culmina en objetivos que se enmarcan en el plano del lenguaje, la comunicación y las relaciones personales. Durante su proceso de crecimiento, y a lo largo de la infancia, el niño adquiere herramientas y habilidades que abren nuevas puertas en el encuentro con los demás. Un encuentro que, también, está vinculado con el propio descubrimiento de uno mismo. La formación del yo, en definitiva, es importante desde el punto de vista del desarrollo psicosocial.

La familia como motor del desarrollo psicosocial del bebé

La interacción que el bebé establece con otros compañeros de aula en la escuela infantil no tiene la estabilidad de una amistad profunda. Y, sin embargo, esos encuentros constituyen una preparación para próximas etapas de la vida.

El bebé nace en una realidad que se caracteriza por su naturaleza social. En este proceso de aprendizaje está guiado y acompañado por sus padres y sus seres queridos, que forman parte de la sociedad y están integrados en una cultura. El apego seguro es un motor para impulsar el desarrollo emocional del bebé. Las vivencias de la infancia no determinan de forma absoluta la evolución del adulto, pero sí influyen de algún modo.

Las etapas del desarrollo psicosocial especificadas en la teoría de Erik Erikson especifican que, durante el primer periodo de la existencia, la rutina transcurre alrededor del yo. Es decir, aunque el bebé nace en un entorno social, la realidad de esta etapa gira en torno a las necesidades individuales. De hecho, la propia vida de los padres transcurre alrededor del bebé como un centro importante de su existencia.

El bebé puede experimentar un vínculo de confianza o, por el contrario, tener sensaciones opuestas. Por otra parte, después de esta fase y hasta los 3 años, el peque experimenta un momento de crecimiento en su autonomía que también está acompañado por las dudas. A partir del tercer año de vida, crece de forma significa la iniciativa del menor en su interacción con el medio.

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