Padres separados: causa de ansiedad en los niños (III)
Se pueden encontrar causas muy diversas por las que se llega a producir la crisis de ansiedad en los niños por la separación de sus padres. Vamos a analizar algunas.
Se pueden encontrar causas muy diversas por las que se llega a producir la crisis de ansiedad en los niños por la separación de sus padres. Vamos a analizar algunas.
Alrededor de un 4% de los niños a partir de los dos años y medio sufren ansiedad por la separación de sus padres. En el período de 8 a 14 meses, el bebé padece un miedo normal por estar separado de ellos. Es un estado natural. Pero, cuando llega a los dos años y medio, puede cambiar.
Hace algunas semanas escribía un artículo sobre las actitudes de los padres respecto a los hijos al afrontar una separación. Decíamos, en general, que había que ser justo con el niño e intentar que, a pesar de no ver a sus padres juntos, estos hicieran lo posible por desarrollar normalidad. Pero no siempre es así, y esto puede ser acusado por el niño en su personalidad.
Los seres humanos, al no cumplir con nuestras expectativas o no conseguir determinados objetivos, tendemos a situarnos en un estado de frustración que podemos manifestar de varias maneras. Lo mismo sucede en los niños, sólo que ellos tienen menos facilidad, debido a su desarrollo, para exteriorizar esas sensaciones.
Al igual que ese período de tiempo de dos a tres años, tenemos que ser protagonistas en la evolución del niño en relación a su confianza y desarrollo, también tenemos que estar atentos a los comportamientos más negativos, tales como los enfados, las pataletas, los llantos. Debemos estar preparados para afrontar los casos como el de la conducta desafiante.
Toda educación requiere de unos pasos previos antes de un correcto entendimiento de las cosas. No podemos pretender que un niño de 1 o 2 años comprenda por que no se debe tirar la taza al suelo o pegarle a su hermano pequeño. Hay que razonarlo y, para que ellos entiendan que su acción es correcta, hay que premiarlo.
Se ha anunciado que los pequeños que se alimentan a base de leche materna se comportan mucho mejor. Esta no es la primera vez que se habla del tema, ya en estudios anteriores se anunciaron diferentes ventajas que tienen los niños que fueron amamantados por lo menos por cuatro meses. Ellos suelen tener menores problemas de comportamiento.
Un estudio relaciona el llanto intenso durante el primer año de vida con trastornos del comportamiento durante la infancia. No se refieren a niños que lloran frecuentemente, sino a bebés inconsolables que además muestran problemas para comer y dormir. En la mayoría de estos casos los padres deben buscar ayuda profesional. Este tipo de llanto inconsolable y sensación de insatisfacción constante, aproximadamente le sucede al 20 por ciento de los menores de un año.
Los problemas de los bebé para comer, para conciliar el sueño o para mantenerlo durante la noche, son los más comentados en la consulta del pediatra. Un estudio publicado en Pediatrics demuestra que ambos problemas suelen ser coincidentes. Los padres de bebés con trastornos de alimentación considera el sueño de sus hijos un problema mucho más frecuente que para los padres con hijos que comen bien, y viceversa.
Conocemos a nuestro bebé porque vivimos por y para él, pero hay cosas que podemos entender mejor cuando hablamos con la familia. Las pasadas navidades alguien de la familia, uno de los mayores, al ver a mi pequeñín dijo, "mira, hace lo mismo que su padre de bebé", y continuó contando el apodo que le pusieron en aquellos tiempos aludiendo a esa costumbre. Se refería a la postura de los brazos del niño, siempre los lleva hacia atrás como si fuera a echar a volar. Como sólo es una postura nunca se me ocurrió comentar sobre ello, pero ahora sé porque lo hace, y me gusta saberlo.