Mantener hábitos de vida saludables es una rutina que influye de forma positiva en el cuidado personal. Sin embargo, cuando una mujer está embarazada, el autocuidado es especialmente importante. Recientemente, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia publicó un comunicado en Twitter para enviar un mensaje claro a las futuras mamás: no debe consumirse ninguna bebida con alcohol durante el embarazo.
Una de las grandes preocupaciones de las autoridades sanitarias en torno al embarazo, es el consumo de alcohol, y las graves consecuencias que produce durante la gestación. Según las últimas estadísticas, el 10 por ciento de las futuras madres, no abandonan el consumo de alcohol a lo largo de esos nueve meses. Aunque las campañas de información y concienciación son habituales y repetitivas, todavía son muchas las mujeres que hacen oídos sordos ante este grave problema, queriendo ignorar el fatal legado que están imponiendo a sus bebés mucho antes de nacer.
A pesar de las prohibiciones, advertencias y alarmas, el alcohol sigue siendo consumido durante la gestación con total impunidad, obviando los terribles daños que podemos causar al bebé. Hace sólo unos días conocimos la escalofriante cifra, ofrecida por las autoridades sanitarias, de 119 mil niños nacidos cada año con el Síndrome de Alcoholismo Fetal.
Los rasgos físicos del niño, especialmente su rostro, vienen determinados por la herencia genética de sus progenitores. Es así como a lo largo de los nueve meses, una de las grandes preguntas es ¿a quién se parecerá? De hecho, nada más nacer, ya buscamos esos ojos de papá o esa nariz igualita a la de la madre. Además de la parte de azar y de los propios caprichos de la naturaleza, también existen otros factores que pueden contribuir a la apariencia física de nuestro bebé.
Beber alcohol sigue siendo uno de los problemas más graves y perjudiciales que se sigue manteniendo en nuestra sociedad, mucho más si su consumo se produce a lo largo del embarazo. A pesar de las advertencias, prohibiciones y graves consecuencias que acarrea en nuestro bebé, todavía son muchas las mujeres que no abandonan este mal hábito, incluso aunque sepan que los perjuicios que va a acarrear su hijo van a ser para toda la vida.
Hay ciertos hábitos malsanos que debemos evitar en el mismo momento en el que nos planteamos ser padres. Uno de ellos es el consumo de alcohol. Si bien para cualquier ser humano es perjudicial, mucho más si se trata de mujeres embarazadas, puesto que esa sustancia va a generar infinidad de problemas en el desarrollo del bebé.
Son múltiples los estudios e investigaciones que demuestran las graves consecuencias que ocasiona el consumo de bebidas alcohólicas durante el periodo de la gestación. El bebé se encuentra atacado por una sustancia que resulta altamente tóxica que le provoca diversos problemas irreversibles, que pueden ser de alteraciones neurológicas hasta problemas físicos.
Si eres de las que ya se siente preparada para ser madre y andas buscando quedarte embarazada, sabes que necesitas tener algunas cosas en cuenta. Lo mejor, y más aconsejable, es que acudas a tu ginecólogo para que te examine y sea el que te aconseje sobre los nuevos hábitos que debes incorporar en tu vida, o por el contrario, aquello que hay que ir desechando del día a día. Cualquier mínimo detalle es importante para conseguir nuestro sueño más deseado.
Desde la Universidad de Helsinki, en Finlandia, nos llega un sorprendente estudio en torno al mundo de los bebés, sus capacidades de aprendizaje y su repercusión en el futuro. Una noticia que nos ha dejado atónitos, especialmente porque lo que supone una alegría en su primera infancia, acaba siendo totalmente caótico, si atendemos a las conclusiones con las que se cierra este informe.
Ser conscientes de la responsabilidad que supone traer a un hijo al mundo es algo que va intrínseco en la mayoría de familias. Cuando una mujer decide por voluntad propia ser madre, sabe que se enfrenta a una serie de limitaciones y obligaciones que van unidas, de forma vital, a la perfecta salud de su bebé. De sus malas actuaciones, vicios o poco recomendables costumbres, especialmente durante la gestación, pueden quedar secuelas de por vida tanto en la salud como en el aspecto físico del niño.
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