El reflujo gastroesofágico: síntomas, causas y medidas a adoptar

El reflujo gastroesofágico: síntomas, causas y medidas a adoptar

Escrito por: Sergio López    26 julio 2012     2 minutos

Mis magníficas compañeras Letty, Sacra y Belén han escrito muy buenos posts sobre el tema del reflujo gastroesofágico. En este, profundizaremos algo más en los síntomas, las causas y las medidas que se deben tomar para afrontarlo.

Varios son los síntomas que pueden dar a conocer los diferentes malestares que puede sufrir un bebé. Sin embargo, también son muchas las ocasiones en las que no le prestamos la atención, creyendo que es algo normal. Lo suele ser, pero a veces tenemos que volcarnos algo más en conocer con exactitud que le pasa a nuestro pequeño.

Concretamente, en el caso del reflujo gastroesofágico, debemos tener en cuenta esos síntomas y que lo puede causar, para tomar las medidas oportunas. Irritabilidad, rechazo a los alimentos, falta de peso, mucha saliva, mal aliento, vómitos. Son síntomas claros de que el niño puede padecer este reflujo. Aunque se atisben como normales, estos síntomas pueden llegar a producir posteriormente problemas más graves de esófago, así como en el peso y tamaño del bebé.

El reflujo puede ocasionarse porque el músculo que une el estómago con el esófago sea muy débil. Este músculo es el que permite el paso de la comida hasta el esófago. Su debilidad hace que la comida retorne por el esófago, provocando las molestias correspondientes en el bebé. El aumento de jugos gástricos y la falta de madurez del aparato digestivo puede ser otra causa, aunque esta última se supera cuando el niño cumple seis o siete meses, hay que tener cuidado que no derive en el reflujo.

Las medidas a adoptar dependen de la severidad del reflujo. Si es leve, es tratable con cambios de postura del bebé o cambios en los hábitos alimenticios. Los cambios de postura están relacionados con el colchón donde el bebé duerme, debiendo graduar su altura a una posición de semisentado para él. En los alimentos, conviene más dividir las comidas en más al día para repartir el esfuerzo. En caso de que sea más severo, ya es conveniente acudir al pediatra.

Gracias a los tratamientos en la actualidad, es posible abordar este malestar con gran éxito. De nuevo, es necesario detectarlo a tiempo y no pensar que no tiene importancia si nos encontramos detalles anteriormente mencionados.

Vía | cronica.com