Escrito en los genes (IV)

Muchas veces vemos que dos hermanos no se parecen entre sí más que en la complexión de su cuerpo. Y lo que también llama la atención es que tampoco se parecen a ninguno de sus padres. ¿Por qué ocurre esto? Según los especialistas, se pueden heredar características hasta de los bisabuelos y de antepasados de muchos siglos atrás: la herencia puede remontar hasta 5, 6, 8 ó 20 generaciones.

¿Cuántas veces hemos oído decir frases como ‘tiene el carácter de su mamá’ o ‘es inquiete igualito al papá’? Pero en realidad ¿estas afirmaciones tienen base? Pues si. El carácter también se hereda. Características como la timidez o la sociabilidad, el carácter tranquilo o la inquietud tienen su base genética. A pesar de eso, el modo en el que se desarrollan estos rasgos depende, de nuevo, del ambiente en el que crezca el pequeño y de la educación que reciba a lo largo de su vida.

¿Madre inteligente, hijo inteligente? Puede ser. La inteligencia es hereditaria pero sólo en parte. Sin embargo, aunque se haya heredado cierta predisposición, los estímulos que reciba el bebé y su educación también juegan un papel fundamental a la hora de desarrollar este potencial. Es por eso que chicos que, en un principio, tenían menos cualidades, pueden llegar más lejos que otros gracias a la educación y a su capacidad de esfuerzo. El genio nace, pero también se hace.

Y por último, te hablaremos del color de ojos y su predisposición de heredar cierto color. Los ojos oscuros los da un gen dominante, que se impone sobre los ojos claros, que vienen de un gen recesivo. El gen dominante siempre se manifiesta si está presente. Sin embargo, ambos padres pueden tener latente el gen recesivo de los ojos claros y habérselo transmitido a su hijo, lo que hace posible que tenga los ojos claros. Es decir, en una pareja en el que uno es de ojos claros y el otro oscuros, pero hermanos con ojos claros, la mitad de los chicos tendrán los ojos verdes o azules.

Vía | Ahora Mamá

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