Comer con las manos: beneficios para el bebé y consejos para padres

Las manos tienen una importante dimensión para el ser humano. Y su significado también se materializa en el proceso de crecimiento como medio para explorar la realidad. De este modo, no solo se convierten en una herramienta de juego, sino también en un medio para explorar los alimentos. De hecho, comer con las manos puede facilitar la transición hacia la etapa en la que el peque comienza a utilizar los cubiertos.

¿Qué beneficios aporta al bebé comer con las manos?

En primer lugar, es una experiencia que le aporta autonomía e independencia. Es un proceso multisensorial que implica al gusto, el tacto, la vista y el olfato. No solo intervienen varios sentidos, sino que comer con las manos también unifica esta parte del cuerpo con otras variables como la concentración y la coordinación de movimientos.

Además, se produce un efecto imitación: los niños se inspiran en su entorno más cercano. Es decir, perciben los movimientos de quienes están sentados alrededor de la mesa. En definitiva, aprender a comer con las manos potencia el desarrollo de movimientos específicos a través de los dedos. Uno de los más importantes es el agarre de pinza, hace referencia a la habilidad de agarrar un elemento con dos dedos. Más en concreto, el índice y el pulgar.

Cuando tu hijo empieza a comer con las manos: consejos para padres y madres

El niño suele empezar a comer con las manos en la etapa de la alimentación complementaria. Aunque esta forma de agarre potencia la autonomía del bebé, siempre debe estar acompañado por un adulto atento y responsable para prevenir cualquier posible riesgo de atragantamiento.

Además, es esencial seleccionar los alimentos adecuados (no puede aplicarse de forma general con cualquier tipo de producto). El ingrediente seleccionado debe ser muy suave y blando (y estar integrado en trocitos pequeños). Existen diferentes posturas respecto a los beneficios y la conveniencia de comer con las manos. Por ello, es importante analizar las necesidades específicas de cada niño y consultar los consejos del pediatra.

Comer con las manos es un juego divertido para el bebé. Desde la perspectiva del adulto, el proceso puede presentar algún inconveniente a nivel práctico. Por ejemplo, es probable que manche su ropa durante esta experiencia. Sin embargo, es posible proteger las prendas por medio del babero.

No hay un momento exacto en el que el niño comienza a comer con sus manos. Generalmente, esta etapa se contextualiza a partir de los 9 meses (aproximadamente). Lo realmente esencial es que el niño esté preparado para dar el paso y muestre interés en los alimentos. En relación con la postura corporal, es importante que el niño esté sentado y haya desarrollado sus habilidades de motricidad fina para realizar el proceso (dichas habilidades se alinean directamente con el movimiento de manos y dedos).

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