Alergias alimentarias en niños: Leche de vaca

Alergias alimentarias en niños: Leche de vaca

Escrito por: Sacra    15 abril 2016     2 minutos

Una de las alergias más extendidas, especialmente entre los lactantes y niños pequeños, es la alergia a la proteína de la leche de vaca. Según las últimas cifras, entre un 2 y un 5 por ciento de los bebés sufren este rechazo, siendo más común entre los 2 y 3 años. En nuestro país, la alergia a la leche de vaca se sitúa en tercer lugar, después de la alergia al pescado y al huevo.

A pesar de las investigaciones realizadas, todavía no se ha encontrado la causa de esta intolerancia, aunque son factores de riesgo que alguno de los progenitores la padezca, se le introduzca en la dieta antes de tiempo o se le vaya ofreciendo de forma intermitente durante la lactancia materna.

En la mayoría de los casos, esta intolerancia aparece antes de los 3 años, incluso, aunque de manera más leve, en los bebés que sólo se alimentan de leche materna. Esto es debido a que la madre que ha consumido productos lácteos puede transmitir esta proteína a través de su propia leche. La solución, evidentemente, es eliminar esta proteína de la dieta materna.

Los síntomas que aparecen son los mismos que en cualquier otra intolerancia alimentaria: sarpullidos en la piel; problemas en el aparato digestivo, como vómitos, diarrea, dolor de barriga…; también puede verse afectado el sistema respiratorio, con dificultad para respirar, toses… Ante cualquier mínima duda, lo mejor es consultar con el pediatra para que sea quien lo valore.

La solución, como en cualquier otro alimento, es eliminarlo de nuestra dieta. Tomar leche es muy importante para el óptimo desarrollo de nuestros niños, pero afortunadamente existen, en la actualidad, una importante variedad de leches preparadas y debidamente equilibradas que nos ofrecen los mismos beneficios que la leche «normal» pero que elimina esa proteína. Es importante tener en cuenta los otros productos lácteos como el queso o los yogures; de igual modo que otro tipo de alimentos que pueden contener trazas de lácteo, como puede ser la bollería, embutidos, fiambres o, incluso, cosméticos.

Vía | Nutricia
Foto | Pixabay – AdinaVoicu


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