Padres y madres, al igual que cualquier adulto, pueden poner su felicidad en sí mismos o, por el contrario, dar más peso a las circunstancias externas. La crianza, la educación y la formación de una familia son proyectos que están condicionados por múltiples variables.
El proceso de embarazo, al igual que cualquier otra etapa de la existencia, está directamente vinculado al tiempo. Un tiempo que avanza al compás de una cuenta atrás que conduce al nacimiento del bebé. Un gestograma es una herramienta que tiene forma circular que ofrece respuestas en torno a en qué momento de embarazo se encuentra la protagonista y, también, cuál será la fecha aproximada del parto.
La educación es uno de los pilares más relevantes de la vida de un ser humano. Este concepto también se extiende a un periodo de la existencia muy concreto, aquel que se contextualiza incluso antes del nacimiento del bebé. Quienes se preparan para ese momento, adquieren nuevos recursos y herramientas a través de la formación y el aprendizaje.
Una relación de pareja experimenta un punto de inflexión en el instante en el que nace un bebé. En ese momento, ambos dan la bienvenida a un nuevo ser y, también, aprenden un nuevo rol. El vínculo afianzado hasta entonces se transforma de forma significativa. Y puede que sea en este momento cuando las parejas descubren diferencias relevantes en relación con la crianza, los valores y los objetivos de esta etapa. Existe un ingrediente que mejora la felicidad familiar: la empatía.
Dejar de fumar es una decisión que cambia la vida de aquel que incorpora este hábito saludable. Sin embargo, los efectos negativos del tabaco pueden prolongarse más allá del instante en el que un fumador apaga su último cigarrillo. Algunas de las sustancias del tabaco también dejan huella en el hogar al integrarse en la ropa, paredes, textiles y muebles.