Los poetas son capaces de, a través de las palabras, poder expresar todos los sentimientos que surgen de su alma ante los grandes acontecimientos que van surgiendo en nuestra vida. Enamorarnos, sentirnos libres o la llegada de un hijo, son momentos tan especiales que difícilmente pueden pasar sin hacernos vibrar nuestra alma. Tanto para el que lo escribe, como para el que lo lee, se convierte en un acontecimiento tan inmenso que difícilmente se puede aglutinar en unas cuantas palabras.
Dentro de todas las tradiciones que nos encontramos durante la época navideña, que son muchas y muy variadas, también nos encontramos con aquellas que nos acercan al mundo de la literatura. Enseñarle cuentos a nuestros peques, hablarles sobre aquello que sucedió hace miles de años o recitarles un poema, son pequeños gestos que nos ayudarán a que los peques comprendan el porqué de estos días, además de divertirse y crear vínculos muy especiales con la Navidad.
Ya estamos en Navidad. Como cada año, y llegadas estas fechas, podemos encontrar motivos para seguir creyendo en la magia, la fantasía y, sobre todo, fomentar el encuentro y cariño en familia. Son días llenos de ocio y diversión, pero también un momento perfecto para la reflexión y también para reencontrarnos con aquellas actividades que, debido a su sencillez, o también su intensidad, dejamos de lado a lo largo del año.
Leer poesía a los bebés sigue siendo una de esas aficiones que deberíamos instaurar, casi de forma obligatoria, en los momentos de ocio de los pequeños. El ritmo de los poemas, el rico vocabulario y la sonoridad profunda y tierna, hace que se convierta en una herramienta estupenda para ayudarles a tomar contacto con los sentimientos, algo que les va ayudar a lo largo de su vida de una forma mucho más directa e íntima.
A mí siempre me ha gustado escribir. Dejar que las palabras alborotaran sobre mi cabeza, hicieran piruetas, se enredaran en mis manos, y fluyeran sobre el papel en blanco con absoluta naturalidad y sentimiento. Siempre he escrito sobre todo lo que me rodeaba, pero sabía que en el momento en que fuera madre, mi motivo de inspiración había nacido a la par que con mi bebé, y efectivamente, en el momento abrió sus ojos Alma, incluso antes de que yo se los viera, había sido creada esa fuente inagotable de la que manan las palabras más sinceras.
Todo poeta lleva dentro de su corazón al niño que fue. Ya hemos podido comprobar en otras ocasiones como aquellos poetas que han sido conocidos, y reconocidos, por su escritos para adultos, también han dejado un hueco muy importante dentro de su producción poética, para dedicarla al mundo infantil. Y es que a través de los ojos sensibles de los poetas, la vida parece tomar otra forma, otro sentido.
Es normal, y además muy recomendable, que los niños hagan una siesta todos los días. Dicen los expertos que durante ese periodo de tiempo, lo pequeños van fijando todo aquello que han ido aprendiendo o experimentando a lo largo del día, por eso, además de ser reparador, el sueño, les ayuda a crecer y desarrollarse de una manera mucho más activa.
La poesía sigue siendo una de las mejores formas de comunicación para los seres humanos. Más allá de la belleza de sus palabras o el emotivo contenido de sus pensamientos, su musicalidad y ritmo la convierten, también, en un especial juego. Para los niños resulta especialmente atractiva. Del mismo modo que las canciones, las aprenden y gustan recitarlas frente a sus familiares y amigos.