
Hábitos y rutinas son conceptos que están directamente relacionados con el estilo de vida. Es decir, forman parte del proyecto familiar, lo describen de una forma más concreta. Aunque ambos factores se sitúan en un mismo contexto, no son términos sinónimos (a pesar de que, en las conversaciones cotidianas, en ocasiones, se utilizan como si tuviesen el mismo significado).
La transformación digital no solo está presente en las empresas, sino también en las instituciones educativas y, además, en las familias. La tecnología ha modificado el estilo de vida hasta el punto de llegar a percibirse como un bien de primera necesidad. El uso de la tecnología también plantea un componente humano, porque el cambio afecta directamente a las personas y sus circunstancias.
En los últimos tiempos el número de parejas que no consiguen lograr el embarazo se ha elevado de forma considerable. Esto se puede deber a muchas causas, que no siempre tienen una explicación concreta y precisa ya que se debe a factores que, en muchos casos, ni siquiera la ciencia sabe explicar. Lo cierto es que, según las estadísticas que se manejan, un 15 por ciento de las parejas no logran cumplir el sueño de ser padres, un número suficientemente importante como para intentar buscar soluciones.
Hoy te brindaremos algunas estrategias que podrás tener en cuenta para ayudar a tu hijo a dejar su biberón. Poder dejarlo a tiempo es sumamente importante ya que diferentes investigaciones han demostrado que los niños que siguen tomando del biberón después de los dos años de edad tienen mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad.
Todos los bebés nacen con el instinto de la succión, así que no es extraño que, además del pecho de mamá, para calmarse busquen su propio pulgar. Esto no sucederá hasta, aproximadamente, los tres meses ya que anteriormente no poseen la coordinación necesaria para mantener mucho tiempo el dedo en la boca. Es entre los 6 y 9 meses cuando el pequeño acude a esta técnica para dormir o cuando tiene hambre. Y es al año cuando suele desaparecer.
Hasta ahora sabíamos perfectamente que los hábitos, costumbres y prácticas cotidianas afectaban directamente a nuestro bebé a lo largo del embarazo, pero lo que seguro que no conocías es que ésto también les influye en la forma de descanso y sueño que presentan una vez ha nacido, incluso a lo largo de toda su infancia.
Con los innumerables esfuerzos que realizamos para que nuestros pequeños se queden dormidos y resulta que no les hacemos falta para nada en ese sentido. Así al menos especifica un libro, en el que habla de que no necesitan estímulos para coger el sueño.
Cuando estamos embarazadas los problemas buco dentales se vuelven más comunes de lo que pensamos. Los cambios hormonales en esta etapa hacen que la placa y las bacterias aumenten, que se vuelvan más débiles las encías y que se padezca de exceso de salivación.
Ayer ví en Odisea un documental que me llamó mucho la atención, aviso que voy a contar el final por si alguien está intersado en verlo. Niños en vela cuenta algunos casos de niños con trastornos extremos del sueño y que son atendidos en la Unidad Pediátrica de Alteraciones del Sueño en el Hospital Infantil Evelina, en Londres. En concreto el primer episodio se centra en una niña de 3 años que sólo duerme cuatro o cinco horas cada noche.