¿Qué tareas aumentan la carga mental en padres y madres?

El inicio del mes de septiembre puede marcar un cambio significativo en la vida familiar. Por este motivo, en Uno más en la Familia reflexionamos en torno a la carga mental que afecta a padres y madres. Es un tipo de estrés que hace referencia al alto nivel de energía que una persona dedica para ocuparse de todas las tareas.

Y, sin embargo, no todas las rutinas que forman parte de la crianza o de la vida familiar requieren del mismo nivel de esfuerzo y concentración. Es decir, la sobrecarga remite de forma directa a aquellas gestiones que, generalmente, pasan desapercibidas a simple vista. Tanto que, de hecho, pueden parecer invisibles en la lista de tareas pendientes de llevar a cabo si la persona tiene en cuenta, principalmente, las cuestiones habituales.

El impacto de aquellas tareas que parecen menos relevantes

Sin embargo, conviene puntualizar que la carga mental va más allá de la realización de una tarea en sí misma. Es decir, comienza con la planificación que hace posible el cumplimiento de un objetivo. Por ejemplo, el momento de ir al supermercado para hacer la compra semanal incluye otros muchos aspectos: la realización de una lista de productos esenciales, la búsqueda del horario ideal para acudir al punto de venta o la planificación de menús que incluyen los ingredientes seleccionados. Existen numerosas tareas que no ofrecen resultados visibles e inmediatos. Pero sí existe un proceso vivencial y emocional que se enmarca en este contexto.

Por ejemplo, consultar las novedades del grupo de WhatsApp de padres y madres de la escuela infantil. Los participantes dedican un tiempo significativo para hacer un seguimiento de la información compartida en este canal. Un tiempo que, sumado a otras tareas que pasan desapercibidas en el día a día, incrementan la carga mental. Por tanto, conviene puntualizar que las tareas que producen este efecto no solo se enmarcan en el plano presencial, sino que se extienden al ámbito tecnológico y digital.

La carga mental está presente incluso en las tareas más sencillas

La carga mental que afecta a padres y madres pone el acento de forma especial en aquellas tareas que se perciben como pendientes. La persona dedica un alto nivel de atención a la planificación, organización y gestión de esas responsabilidades. La carga mental adquiere una perspectiva integral, es decir, es acumulativa. De este modo, la suma de diferentes asuntos puede llegar a desbordar a quien tiene muy poco tiempo para sí mismo.

Existen muchos detalles que se dan por supuestos. Y, sin embargo, requieren de implicación y atención. Por ejemplo, recordar la fecha de cumpleaños de un familiar o elegir un regalo de cumpleaños para sorprenderle. También, identificar qué necesidades presenta el fondo de armario del bebé y seleccionar nuevas prendas para la temporada. Hay numerosos situaciones que puedes identificar en tu día a día. Por ejemplo, acudir en la fecha prevista a la biblioteca para devolver los libros infantiles tomados en préstamo hace unos días.

Como hemos indicado, la carga mental remite especialmente a aquellos asuntos que todavía están pendientes. Y la sobrecarga aumenta cuando la persona anticipa numerosas situaciones porque las afronta desde una realidad concreta: mientras que el tiempo es limitado, las tareas parecen interminables. Y encontrar el momento perfecto parece un auténtico desafío en la gestión y organización de la vida familiar. Conviene puntualizar que las tareas mencionadas no producen carga mental a modo de causa y efecto. Sin embargo, sí pueden convertirse en una fuente de estrés potencial si la persona no descansa y desconecta de las ocupaciones.

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