Los beneficios de los juegos de construcciones

Los beneficios de los juegos de construcciones

Escrito por: Sacra    29 mayo 2009     2 minutos

Ya hemos hablado en otras ocasiones de lo importante que es para nuestro pequeño su actividad lúdica. Los juegos y juguetes no sólo le aportan minutos de diversión y entretenimiento, si no que, también, le ofrecen la posibilidad de descubrir nuevas formas, colores, así como desarrollar sus incipientes habilidades en el mundo que lo rodea.

Los juegos de construcciones son un buen ejemplo para el óptimo desarrollo de nuestro bebé. En un principio las piezas le servirán para lanzarlas al suelo, apilarlas o manipularlas, sin más. Pero poco a poco irán aprendiendo a encajarlas, haciendo primero figuras sin sentido para, más adelante, buscar construir objetos que contengan una figura más concreta. Este tipo de juguete, además, nos puede ayudar para enseñarle una multitud de conceptos nuevos para el pequeño.

Gracias a este tipo de juegos los niños irán poco a poco coordinando, de forma más precisa, sus dedos y sus manos con la vista. Así, ellos mismos, irán aumentando la dificultad del juego al ritmo que necesiten, por lo que, al mismo tiempo, su capacidad de manipulación también se irá desarrollando, haciéndose más diestra y precisa.

A grandes rasgos, nuestro hijo irá aprendiendo:

  • Entender conceptos espaciales. Descubrirán el volumen y las formas geométricas.
  • Aprender matemáticas. Se darán cuenta a que, por ejemplo, dos bloques pequeños corresponden a uno más grande o a que uno más uno son dos.
  • Organización. Le ayudará a organizar el orden de las piezas: por tamaños, por colores… o a la hora de recogerlas tras el juego, hacerlo de igual modo: aquí las amarillas, en este cajón las pequeñas…

Eso sí, nunca debéis forzar a vuestro pequeño a que aprenda o descubra. Todas estas, y otras, habilidades deberá encontrarlas por sí mismo. Vosotros sólo estaréis a su lado para aquello que necesite. Al fin y al cabo sólo es el principio de toda una vida de descubrimientos infinitos.

Vía | Ser Padres