Juego de espectador: definición y principales características

Existen diferentes tipos de juegos que aportan experiencias educativas y facilitan el desarrollo de habilidades. Hay dinámicas que potencian la participación directa de niños que se sumergen en el universo de una acción concreta. Sin embargo, existen diferentes formas de interacción en relación con una propuesta de ocio.

En ocasiones, antes de dar el paso de desempeñar el rol de participante directo en un juego, el niño observa lo que ocurre como un espectador. Ocupa una posición diferente: pone atención en aquello que hacen los demás y se fija en el proceso.

El niño desarrolla el rol de observador

El juego de espectador recibe este nombre en aquellos casos en los que el niño se siente más cómodo en esa posición. Y permanece en ella por algún motivo concreto, por ejemplo, tal vez no comprende todas las claves del proceso. Tal vez necesite darse un poco más de tiempo si es tímido. En cualquier caso, el papel de espectador no hace referencia a un contexto en el que un niño experimenta el vacío del entorno y, por ello, se siente excluido por parte de los demás.

Por el contrario, el juego de espectador forma parte del proceso de aprendizaje. De hecho, constituye una vía de preparación que facilita la conexión con otras maneras de entretenimiento. La capacidad de observación es positiva no solo en la infancia, también aporta una fuente de aprendizaje en la etapa adulta. Por medio de la atención hacia el ejemplo de otras personas, es posible ampliar el campo de recursos a través del modelado o la imitación. Un aspecto que queda de manifiesto en el juego de espectador.

No desempeña un papel proactivo en el proceso que se alinea con el propio juego, sin embargo, sí participa de esa realidad (aunque lo hace desde otra perspectiva). El niño aprende cuando protagoniza un papel activo en el contexto de un espacio de entretenimiento, pero también experimenta con la realidad por medio de la observación cuando no se sitúa en el centro de la trama. Mira y escucha a los demás. Por ello, pone atención en el lenguaje corporal y verbal. Por ejemplo, descubre nuevos conceptos.

Cuándo se produce el juego de espectador

El juego de espectador suele producirse en torno a los 3 años de edad. Sin embargo, es una experiencia que no está determinada por una edad fija, sino que puede vivirse en diferentes momentos. Además, aunque el niño adopte una posición externa en relación con el propio juego, interactúa con los demás por su cercanía con la localización en la que se desarrolla la propuesta.

Por tanto, existen juegos para niños que pueden disfrutarse desde dos ángulos diferentes: como participante directo o también como observador. Con frecuencia, la última posición mencionada facilita la comprensión y el entendimiento de la dinámica. Pero también puede incrementar el nivel de seguridad y confianza para avanzar en el desarrollo de las relaciones sociales. El niño visualiza con detenimiento un entorno, y se familiariza con aquello que percibe, antes de sumergirse plenamente en esa realidad.

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