El 70 por ciento del cheque-bebé estatal se va nada más nacer el bebé
La llegada de un bebé a casa supone una serie de gastos que suponen un gran desembolso para las familias, especialmente para aquellas que cuentan con menos recursos. La ayuda estatal de los 2.500 euros en forma de cheque-bebé supone una ayuda que, en muchos casos, es insuficiente.
De hecho, los gastos iniciales se comen, literalmente, el 70 por ciento del importe de esta ayuda. Así se desprende de un estudio elaborado por al Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). Aún así, hay organizaciones que piden la supresión de esta subvención como medida de repunte económico social.
Cuando nace un bebé, los padres tienen que tener presente que han de contemplar la necesidad de una serie de productos para su higiene (todos los utensilios para el baño, los del cambio de pañal y para el aseo en general) y su manutención (biberones, sujetadores de lactancia, leche, cereales, tetinas…). Sólo estos artículos suponen las tres cuartas partes del cheque bebé estatal para las familias por un nuevo nacimiento o adopción.
Es cierto que algunas autonomías cuentan con otros cheques-bebé adicionales pero cada vez son menos y más escasos.
No hay que olvidar que el mundo del bebé es un mundo caro. Las compañías que comercializan estos productos saben que son artículos de uso ineludible por lo que ponen unos precios que no son bajos. Además se sustenta, como explica el informe, en la necesidad de cambiarlos a menudo por seguridad para el bebé. Gastos en los que los padres no suelen escatimar.
También es de recibo señalar que aprovechando que los padres lo darían todo por sus hijos, el mercado en torno al mundo del bebé se ha disparado y se han inventado cosas de lo más variopintas que no suponen una necesidad, en absoluto, ni para el cuidado del recién nacido ni para comodidades de sus progenitores. Véase por ejemplo esta cuna para calmar al bebé y su precio.
En este contexto, los expertos aconsejan ajustar la economía para no tirar la casa por la ventana. Es decir, no hay que decantarse sistemáticamente por lo que más cuesta pensando que es lo mejor, aunque tampoco hay que ser cicateros ya que se trata de la salud y bienestar de nuestro hijo. En la lista de lo necesario hay que incluir siempre: canastilla, baño, transporte, comida y descanso del pequeños.
Esta investigación refleja que mantener a un hijo no es tan económico como puede parecer a simple vista. De hecho, criarlo hasta los 18 años conlleva unos gastos de entre los 98.000 y los 310.000 euros. Una cifra que se dispara una vez que el menor llega a la adolescencia.
Vía | El Ideal