Características de la etapa del egocentrismo infantil

La reflexión en torno a la existencia pone el acento en la dimensión social del ser humano. El contacto con la alteridad aporta un sentido valioso a la vida. Pero, a su vez, el desarrollo personal está en relación con el yo. Y existe un periodo de la biografía en el que el ego parece estar más presente.

A partir del instante en el que los niños cumplen 2 o 3 años, pueden adentrarse en la conocida como etapa egocéntrica. Mientras que el ego es un concepto que adquiere una connotación diferente cuando se manifiesta en exceso en la etapa adulta, tiene una función positiva en la infancia. En la madurez, puede convertirse en una forma de vanidad que aleja a los demás. Por el contrario, cuando forma parte de la experiencia de la niñez, tiene una finalidad constructiva.

El punto de vista del yo está muy presente

En ese momento, el peque experimenta el encuentro con la realidad desde la perspectiva de sus deseos, emociones, sentimientos y necesidades. A su alrededor también hay personas que tienen prioridades, expectativas y objetivos propios. Sin embargo, esa información queda en un segundo plano. Aquello que tiene que ver con el yo se vive y se percibe como más relevante.

Aquellas acciones y comportamientos que son una expresión de ego adquieren un mayor nivel de comprensión cuando se contextualizan en el periodo de la vida en el que se producen. Previamente hemos indicado que la existencia humana también puede analizarse desde el encuentro con la alteridad, las relaciones sociales, la amistad y la familia. Sin embargo, existe un ingrediente que resulta esencial para alimentar un vínculo afectivo: la empatía.

Pero el niño también se descubre a sí mismo a través de la etapa egocéntrica. Por tanto, es un periodo de evolución, crecimiento y desarrollo hacia el cumplimiento de nuevos objetivos. Entre ellos, el ejercicio de la empatía que está muy vinculado con la comunicación verbal. A través del uso de las palabras, el sujeto puede conectar con la realidad de otras personas. Por medio de la adquisición del lenguaje adquiere recursos y herramientas que propician el diálogo y el encuentro con los demás. Y, con la experiencia de la socialización, también aprende a compartir.

Cómo educar en la etapa egocéntrica de los niños

La impaciencia es uno de los síntomas habituales de la fase de egocentrismo. Cuando el niño desea algo, quiere tenerlo pronto. Y también puede experimentar rabietas ante las expectativas no cumplidas. Es importante entender y validar como adultos las emociones y sentimientos que el niño experimenta en la fase egocéntrica. Pero una educación acompañada por la inteligencia emocional no solo se manifiesta en el reconocimiento de los sentimientos del otro, sino también en el establecimiento de normas.

Por otra parte, es importante evitar las etiquetas en la educación siempre y en cualquier circunstancia. Eso significa que, por ejemplo, no debe repetirse que el niño es egocéntrico (aunque se encuentre en una etapa en la que actúa como el único protagonista de situaciones cotidianas).

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