Cada día nos damos más cuenta de lo rápido que avanza el mundo de la tecnología. Si apenas hace unos años no sabíamos lo que era un teléfono móvil o un ordenador, sonándonos más bien a película de ciencia ficción, ahora entendemos que la tecnología va tan rápido como la imaginación humana. Lástima que no siempre se utilice con los mejores fines.
Que la música es uno de los ingredientes principales para el desarrollo de los niños está más que comprobado, pero que además sea capaz de controlar sus emociones, eso es algo que merecería un estudio aparte, sobre todo cuando vemos como, según que cantantes, hacen emocionar a ciertos niños, tanto que, como esta bebé, es capaz de pasar del llanto a la risa, y al baile, en sólo unos segundos.
Cada día los bebés nos sorprenden más, tanto es así que uno se plantea si todos nacemos con las mismas oportunidades artísticas o sensoriales, o por el contrario algunos ya vienen al mundo con un potencial artístico que no deja lugar a ninguna duda. Además de los estímulos que pueda recibir de la familia o de la misma comunidad en la que vive, no podemos evitar pensar que quizás, del mismo modo que nuestro mapa genético alberga ciertas disposiciones ante las enfermedades, también puede suceder con estas habilidades.
Una de las preocupaciones más generalizadas después del parto, además de la de cuidar de nuestro bebé y atenderle tal y como se merece, es la de recuperar aquella figura estilizada que que teníamos antes de quedarnos embarazadas. Es por ello que solemos entrar en una dinámica en la que, según los casos, se vuelve casi vital. Así nos apuntamos a un gimnasio, vamos a la piscina o buscamos la ayuda de un entrenador personal que, a base de sudar y sudar, nos haga recuperar aquellas curvas.
Hay experiencias en la vida que resultan totalmente inexplicables. Momentos únicos y maravillosos que nos hacen sentirnos en conexión con una fuerza única y universal, con el mismo centro de la propia alegría de vivir. Esos instantes llenos de plenitud, de sorpresa y de íntima emoción son los que viven los niños a medida que van descubriendo que viven en un mundo rodeado de pequeños milagros diarios. Desgraciadamente esa capacidad de sorpresa y de alegría sencilla se va aminorando a lo largo que vamos creciendo, dejándola oculta bajo una capa de, casi, indiferencia ante la vida.
Ya sabemos aquello de que los bebés, nada más nacer, lo hacen ante un mundo extraño y que, en muchos casos les es hostil. Han crecido protegidos en el vientre materno, nadando en su mundo de agua particular y ahora tienen que empezar a aprender a utilizar sus órganos vitales para adaptarse a esta nueva forma de vida. Por eso no es extraño que una de las nuevas prácticas a las que tendrán que enfrentarse, como es el baño, sea una de las favoritas de los recién nacidos.
Los videos de bebés que aparecen en Internet suelen ser, en la mayoría de los casos, los que más visitas reciben. Aquellos padres que se atreven a subir las habilidades de sus pequeños, consiguen tener rápidamente un buen número de admiradores que van expandiendo las proezas del pequeño rápidamente por la red. Este es el caso de esta niña canadiense que, en solo unos días, ya ha conseguido tener más de 4 millones de visitas.
Los bebés están acostumbrados a vernos con un determinado aspecto físico. El pelo largo, recogido, usamos gafas o llevamos barba, son detalles que nuestro pequeño relacionará siempre con la imagen de mamá o papá. Pero si un día algo de eso desaparece o cambia, entonces les crea un desconcierto, es como si de repente hubiesen cambiado de persona y los padres ya no son los que eran.
La felicidad, ese instante tan difícil de definir y tan personal, es algo que los padres experimentamos con más frecuencia que el resto de mortales. Viene en el mismo pack que el aumento de responsabilidad y angustia. Aprendemos a reconocerla en los gestos y la sonrisa de nuestros bebés en muchos momentos cada día. La sentimos cada vez que paramos un momento y le observamos, y tomamos conciencia de lo afortunados que somos de tenerle.
Cuando algo funciona no hay porqué cambiarlo, al menos esto es lo que han pensado los publicitas de esta marca de agua, Evian, que sigue utilizando a bebés en sus spots publicitarios. Ya ha tenido dos precedentes anteriores, convirtiéndose en los anuncios más vistos de la historia de la publicidad, y en todos los bebés eran los protagonistas, algo que les ha valido un buen aluvión de críticas.
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