
Hoy es 1 de noviembre y Día de los Difuntos, todavía nos quedan algunas sorpresas para seguir celebrando Halloween, por eso hoy como es festivo, podemos compartir con los niños un divertido poema, de esos que nos hablan de monstruos pero de una manera divertida y simpática. La poesía puede ser la mejor aliada para que los peques aprendan nuevas palabras, se contagien con su buen ritmo y, sobre todo, se diviertan con las divertidas situaciones en las que se encuentran estos personajes tan extraños.
Uno de los géneros literarios más apreciados por los niños es la poesía. La música que nos transmite al leer los versos, esas historias sencillas pero, a la vez, plenas de emociones o esos temas divertidos que saben tocar con tanta gracia, son razones suficientes para que se convierta en una excelente lectura con la que mantener atentos y divertidos a los niños.
Este año, 2017, se cumplen los 100 años del nacimiento de una de las grandes poetas de todos los tiempos: Gloria Fuertes. Si bien su producción literaria fue encaminada a todo tipo de públicos, es la parte infantil la que más repercusión obtuvo, ofreciéndonos a los niños de aquella época, herramientas suficientes para imaginar, pensar y descubrir un mundo lleno de lirismo, buenas letras y, también, mucha diversión.
Hoy, día 26 de julio, se celebra el Día de los Abuelos, una fecha que promovió la Ong "Mensajeros de la Paz", con el fin de homenajear a esos seres mágicos que tantos cuidados y cariños ofrecen a nuestros bebés a lo largo de su crecimiento. En los últimos años, además, se han convertido en esas personas imprescindibles para que los padres jóvenes puedan conciliar su vida laboral con el cuidado de los peques.
El mundo de los sentimientos es tan mágico y particular que difícilmente se puede expresar. Afortunadamente los artistas son capaces de poner letra, color o imagen a aquello que se convierte en un sentimiento universal como puede ser el amor hacia los hijos. La poesía es uno de esos vehículos certeros que nos llegan directamente al corazón para dar palabras a esos sentimientos que no sabemos, a menudo, expresar.
Durante diez semanas hemos estado dando un repaso por las coplas populares, aquellas que se han ido guardando a través del tiempo y que sólo en la voz del pueblo han encontrado su mejor modo de expresión. Algunas de ellas se han ido olvidando, pero otras se han podido recopilar en distintos volúmenes de literatura, llegando hasta nuestros días para que podamos ofrecérselas a nuestros bebés, sobre todo a la hora de dormir.
Son muchas las fiestas populares o tradiciones que utilizan a los bebés como una de las partes más importantes de su celebración. Además de resultar curiosas e, incluso, algunas de ellas un tanto excéntricas como la que se celebra en Japón y que consiste en hacer llorar a los bebés para que así crezca más rápido, también están arraigadas en el pueblo con tal fuerza, que no sólo se conservan desde siglos atrás, sino que van aumentando en popularidad según pasan los años.
Las coplas populares son parte de ese saber que el pueblo ha ido transmitiendo de generación en generación a lo largo de los años. Muchas de esas coplas se han ido perdiendo al no haber sido rescatadas en un documento impreso. Otras muchas han quedado en la memoria grabadas a fuego, para más tarde ser recopiladas por distintos estudiosos que no han querido que acabaran perdiéndose en el olvido.