Ahora que estamos inmersos en plenas vacaciones de Semana Santa, no estaría de más incitar a nuestros pequeños a la aventura de los libros. Enseñarles poemas, leerles pequeños cuentos o ayudarles a familiarizarse con el propio objeto, ya es un paso de gigante para que nuestros niños se inicien en el camino de la imaginación sin fin.
Desde bien pequeños nuestros niños aprenden a distinguir nuestras indicaciones o conversaciones a partir del tono con el que nos expresamos. De este modo no es lo mismo cuando le reprendemos que si le estamos dedicando el mejor de los piropos. Nuestra voz cambia, se adulza o endurece según el fin que queramos expresar, aun sin conocer el significado de las palabras nuestro bebé va a tener una reacción inmediata, así llorará ante nuestro enfado o reirá a carcajadas con nuestras palabras de cariño.
Sin lugar a dudas una de las poetisas más prolíficas en cuanto a poesía infantil se refiere es Gloria Fuertes. Con ella hemos descubierto que la poesía es un elemento lleno de naturalidad y color que va más allá de las frías páginas de un libro o de las engalanadas y lejanísimas palabras de los grandes poetas, casi inalcanzables. La poesía ha dejado de ser una lectura exclusiva de unos pocos, para convertirse en un elemento lúdico y divertido con los que los niños aprenden la sonoridad de las letras al mismo tiempo que se divierten.
La época navideña sigue siendo un momento especial que, de una forma u otra, brilla con luz propia dentro del calendario. Sea por motivos puramente religiosos o por la simple inercia de la tradición, lo cierto es que ocupa un tiempo importante dentro de nuestras vidas, mucho más cuando los niños vienen a ocupar la casa, a llenar esos huecos vacíos en nuestras alma que ansían esa energía renovadora que sólo nos regala la infancia.
Aquí os dejamos un poema de Gloria Fuertes que, seguro, nos va a servir para ilustrar y compartir con los más pequeños de la casa, una de las épocas del año donde la imaginación y la creatividad tienen un lugar preferente. Hace unos días ya os dejamos otros versos, también de Navidad y de una Gloria que siempre camina entre la reflexión y la sonrisa.
Si algo tiene la época navideña es la cantidad de actividades que, tanto en el exterior como en el interior de nuestros hogares, se van desarrollando. Parece como si, de repente, el mundo entero tomara tintes de purpurina y un batir de alas nos cobijara bajo un manto de solidaridad y amor por el prójimo.
Recurrir a los animales como personajes para la literatura infantil es un recurso que suele funcionar muy bien. Los niños, con su desbordante imaginación, son capaces de asimilar, rápidamente, los sentimientos y acciones que, pese a ser humanos, los cuentos o poemas sitúan en el mundo animal. También es cierto que algunas especies, de forma invariable, ya están encasilladas dentro de los "buenos y malos", así nos encontramos con que, tradicionalmente, el lobo, por ejemplo, es uno de los peor tratados en la literatura para niños, las ovejas suelen ser muy buenas y las aves, generalmente, suelen ser las más simpáticas de todo el elenco que nos ofrece la naturaleza.
Un poema para dormir, un poema para la lluvia, un poema para el otoño... o lo que es lo mismo: un poema para la lluvia de otoño que nos ayude a dormir. Así debió pensarlo nuestra querida poetisa de cabecera Gloria Fuertes. Ella, que era una total experta en los versos para niños y que sabía combinar a la perfección las ideas más divertidas con las más tiernas, nos ha dejado verdaderos legados con los que compartir momentos maravillosos y distendidos junto a toda la familia.
El mundo de la poesía infantil también está llena de pequeños monstruos, seres extraños y versos endemoniados con los que asustar a los niños mientras se divierten con las historias sencillas e imaginativas que nos cuentan los poetas. En este caso, una vez más, nos acompaña nuestra querida poetisa de cabecera (de cabecera de cuna), Gloria Fuertes, que aprovechando que Halloween ya está a punto de llegar, nos deja un poema que es la historia de un fantasma un tanto particular.
Y volvemos, de nuevo, con un poema de nuestra poetisa más conocida en cuanto a su dedicación a los versos infantiles. Gloria Fuertes, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones, nos trae recuerdos que creíamos olvidados, palabras que, siendo unos tiernos infantes nos acompañaron durante la etapa de crecimiento.
¿Tu bebe necesita un andador? Te damos algunos consejos 
Depresión postparto: factores de riesgo, síntomas y cómo prevenirla 
Como pedir el permiso de paternidad en España en 5 claves