Durante la celebración del XIX Congreso de la Sociedad Valenciana de Medicina Física y Rehabilitación, Alicia López, médico rehabilitador, alertó que el doce por ciento de los lactantes tiene alguna deformación craneal debida a la postura que adoptan para dormir. Según López los casos de deformidades del cráneo en los primeros meses, se ha incrementado considerablemente en los últimos 10 o 12 años.
Un embarazo suele traer un buen número de cambios en nuestro metabolismo. No sólo nuestra tripa cambia de tamaño convirtiéndose en un caparazón protector de una nueva vida, también el resto de nuestro cuerpo sufre, en mayor o menor medida, una serie de transformaciones que luego, la mayoría de las veces, acaba siendo sólo una experiencia más dentro del milagro de la gestación.
La ciencia ha comenzado a preocuparse por la fisiología de la mujer y el embarazo hace relativamente poco. Ese debe ser el motivo por el que se realizan tantos estudios que tienen que ver con la gestación, muchos de ellos con resultados contradictorios. El que queremos compartir hoy afirma que el ejercicio de tonificación muscular moderado durante el embarazo, no afecta al tipo de parto.
La natación, es una de las actividades físicas sugeridas para las mujeres, después del cuarto mes de embarazo, por ofrecer ventajas que otras actividades no tienen; estar en el agua produce la sensación de disminución del peso corporal, permitiendo a la madre mayor libertad para moverse y relajarse. En el Spa del Hotel Sun Palace Albir, se habilitará un espacio pensado para ellas.
El Hospital privado San José, de la cadena USP, con la colaboración de iQtra Medicina Avanzada, han puesto en marcha un novedoso programa de ayuda a las embarazadas y parturientas para prepararse físicamente durante los nueve meses de gestación, así como para la recuperación del cuerpo y de la mente después del parto.
Hacer ejercicio hasta el final del embarazo no perjudica ni la talla ni el peso del bebé al nacer. Sin embargo, el sedentarismo de la madre con sobrepeso antes de la gestación, sí se relaciona con un mayor peso del bebé en el nacimiento. Estos datos son el resultado de un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid y del Instituto Karolinska de Suecia, que ha sido publicado en el International Journal of Obesity.
Parece ser que la recesión económica está maltratando también a las neveras de las familias y por ende a los propios miembros de la familia y sus hábitos alimenticios. Se están abandonando las verduras, las hortalizas, las frutas o los pescados por comidas menos recomendables que están haciendo crecer los índices de obesidad en los niños.
Las variaciones de peso, como es el caso del periodo de embarazo, la lactancia, el cambio en la dieta, la exposición al sol y el paso de los años, son los factores que se hacen más visibles en la firmeza de los pechos femeninos. La piel que los recubre y sostiene, es particularmente fina y requiere cuidados particulares para no perder su elasticidad y reafirmarse en caso contrario.
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