Soy Padre: Los mil ojos necesarios

Soy Padre: Los mil ojos necesarios

Escrito por: Ildefonso Gómez    13 marzo 2016     2 minutos

Hace unas semanas comentaba que el niño ya estaba muy activo, agarrando todo lo que podía y estaba a su alcance. De hecho, hemos llevado a cabo algunas medidas con el fin de evitar sustos. Sin embargo, hoy me ha vuelto a pasar una cosa curiosa. Normalmente soy yo el que trabaja, mientras mi pareja está con el niño. Hoy los papeles se han invertido un poco y he sido el elegido para cuidarlo a última hora de la mañana.

Teniendo en cuenta que disponía de tareas pendientes, nos hemos puesto los dos en una habitación para escuchar algo de música, ver vídeos y entretenernos un poco mientras yo terminaba lo restante. Aunque, al final, no hemos hecho nada de eso. El pequeño tenía las pilas puestas y, a cada cosa que veía, quería cogerla: mi teléfono móvil, sus juguetes, la alfombrilla del ratón… Incluso alargaba la mano con el fin de tocar el armario que tenemos al otro extremo. Esto último, algo imposible, por supuesto. Debía tener mil ojos para controlar todo.

Creía que íbamos a hacer algo entretenido le gustara y que a la vez me permitiera terminar las tareas pendientes. Al contrario, ya que he estado gran parte del tiempo evitando que cogiera lo que quisiera. Además, estaba en todo momento intentando tirar el chupete, así que podéis imaginarme haciendo malabarismos para evitar que llegara al suelo.

Comento esta situación porque estoy seguro de que la viviréis en más de una ocasión. Sobre todo cuando son pequeños, a los niños les llama la atención todo lo que ven, por lo que se lanzan a coger los objetos que pueden. Ya sabéis cual es vuestra labor: quitar de en medio todo lo que pueda resultar peligroso. Nosotros solo tenemos a su alcance los juguetes y sus chupetes favoritos.

Lo de esta mañana queda como una curiosidad más. Eso sí, me ha enseñado que, vaya a donde vaya, debo tener mucho cuidado con que no coja nada. No en vano, habrá lugares en los que habrá muchos objetos peligrosos. Y soy el responsable de que no suceda nada grave. Parece que todavía me queda mucho por aprender.

Y vosotros ¿tenéis alguna experiencia similar? ¿os han pasado momentos curiosos de esta índole?

Foto | Pixabay – diowcnx


Comentarios cerrados