Un práctico orinal llamado Dot Pot

Un práctico orinal llamado Dot Pot

Escrito por: Sacra    6 marzo 2010     2 minutos

Así, a simple vista, uno piensa que este objeto tan simpático es un cubito para ir al parque o hacer sus pinitos arquitectónicos en cualquier playa de nuestra geografía. Justo lo mismo que piensan los niños cuando se lo encuentran ante sus ojos sin saber que, más allá de los vivos colores y ese diseño semejante a un juguete, se esconde un práctico orinal con el que empezar a hacer sus primeros pinitos sin el pañal.

Es cierto que, para algunos bebés, aprender a ir al baño es una tarea sencilla y con la que pronto se familiarizan, pero también es verdad que existe un gran número de aquellos cuyo aprendizaje debe estar apoyado de estímulos y trucos varios con los que convencerle de lo conveniente en dar un paso más para su autonomía. Entonces es cuando surge la imperiosa necesidad de encontrar esa varita mágica con la que alentar y animarle para empezar, con alegría, su primera micción fuera del pañal.

La característica principal de este orinal es que por su forma y diseño es un objeto reconocible, además de atractivo, para el pequeño. No es el aterrador recipiente que, de repente, viene a exigirle unas nuevas normas, si no que lo puede llevar consigo, por toda la casa, como uno más de sus juguetes. En el interior lleva un depósito, fácilmente extraíble, que nos facilita la limpieza. De igual modo el asa, además de para transportarlo le sirve como apoyo durante la micción.

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Pero una vez que esa primera etapa ya haya sido superada y nuestro pequeño busque hacer pis en el mismo lugar de papá y mamá, le va a servir como pequeño escalón para acceder al inodoro familiar. Al tener un sistema antideslizante, no hay peligro de que se pueda escurrir, además el propio reductor, que viene acoplado en el cubito, nos puede servir para evitar esa sensación de «agujero enorme» que supone el paso del orinal al inodoro de los grandes.

Ya en una tercera etapa, le puede servir para acceder al lavabo, sirviéndole como un alzador. De este modo podrá lavarse las manos o los dientes sin necesidad de nuestra ayuda y sin peligro. Después de ahí, si todavía sigue en buenas condiciones, siempre lo puedes utilizar como un contenedor para juguetes o como cesta para almacenar las mil y una cosa que van guardando a lo largo de su gratificante vida.

Vía | Instinto Maternal


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