Los bebés no olvidan la primera lengua que escucharon

Los bebés no olvidan la primera lengua que escucharon

Escrito por: Sacra    23 enero 2017     2 minutos

Los bebés recién nacidos son capaces de memorizar y retener la primera lengua con la que su madre le habla. De forma inconsciente, ese primer idioma, queda grabado en nuestra memoria para siempre, incluso aunque no lo practiquemos, cambiemos de país y de lengua, y nos desarrollemos en otra cultura.

Así lo demuestra un estudio liderado por la Universidad Hanyang de Seúl, Corea del Sur, con la colaboración de otras entidades educativas y científicas de Holanda, y publicado por la Royal Society Open Science.

Ese primer idioma queda instalado en la memoria para siempre

Al parecer, y según los datos que nos aporta este estudio, el primer idioma que escuchamos en nuestro entorno es el que se queda instalado en algún lugar remoto de nuestro cerebro, por lo que, en el caso de no practicarlo el resto de nuestra vida, nos será mucho más fácil retomarlo y aprenderlo.

Imagínate que has adoptado un bebé ruso y siendo bien pequeñito, tanto que todavía no dice ni una palabra, lo has traído a España. El bebé crece en un entorno español, aprende a hablar castellano, se comunica con este idioma y, en ningún momento, tiene la necesidad de expresarse de otro modo. Pero, si con el tiempo, nuestro niño quisiera aprender ruso, lo tendría mucho más fácil que otro niño con la misma capacidad que hubiera nacido de madre española.

Bebé hablando

El idioma se adquiere en el mismo vientre materno

Para llevar a cabo este experimento, se tomó como muestra a 58 ciudadanos holandeses, con edades comprendidas entre 23 y 41 años, cuya lengua materna era el holandés, y se dividieron en dos grupos: 29 nacidos en Corea del Sur y adoptados por familias holandesas cuando todavía eran unos bebés, y otro grupo de 29 nacidos en Holanda y que no habían tenido ningún tipo de vínculo con esta lengua.

A ambos grupos se les sometió a varios cursos intensivos para el aprendizaje de la lengua coreana, en los que se centraban, de forma muy especial, en la pronunciación (tan distinta al holandés). El resultado fue sorprendente cuando los que fueron adoptados eran mucho más hábiles a la hora de expresarse en esta lengua, sin existir diferencias entre los que llegaron a Holanda con 6 meses o los que lo hicieron con 1 año y medio.

La conclusión a la que han llegado estos investigadores, es la capacidad humana para adquirir y asimilar el lenguaje que viene impuesto por la madre en el último trimestre del embarazo, pensando que en este periodo el bebé ya es capaz de distinguir las voces de otros sonidos.

Vía | El telégrafo
Fotos | Pixabay y Club asalvo


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