Los poetas son capaces de, a través de las palabras, poder expresar todos los sentimientos que surgen de su alma ante los grandes acontecimientos que van surgiendo en nuestra vida. Enamorarnos, sentirnos libres o la llegada de un hijo, son momentos tan especiales que difícilmente pueden pasar sin hacernos vibrar nuestra alma. Tanto para el que lo escribe, como para el que lo lee, se convierte en un acontecimiento tan inmenso que difícilmente se puede aglutinar en unas cuantas palabras.
Desde que nuestro niño nace, nos dirigimos a él de una forma verbal especial. Nada más abrir los ojos buscamos en el baúl de la abuela aquellas viejas nanas que han hecho dormir a generaciones de bebés de nuestra familia. El "Duérmete niño", el "Palmas palmitas" son divertidas canciones que acompañan los primeros meses de nuestro bebé y que están llenas de ritmo y musicalidad. De esta forma compruebas como, ante estas expresiones, nuestro peque se siente atraído de forma especial.
A mí siempre me ha gustado escribir. Dejar que las palabras alborotaran sobre mi cabeza, hicieran piruetas, se enredaran en mis manos, y fluyeran sobre el papel en blanco con absoluta naturalidad y sentimiento. Siempre he escrito sobre todo lo que me rodeaba, pero sabía que en el momento en que fuera madre, mi motivo de inspiración había nacido a la par que con mi bebé, y efectivamente, en el momento abrió sus ojos Alma, incluso antes de que yo se los viera, había sido creada esa fuente inagotable de la que manan las palabras más sinceras.
Las Navidades son unas fechas especiales para disfrutar en familia. Con los niños son muchas las actividades que podemos realizar con el fin de aprovechar el tiempo libre, al mismo tiempo que les vamos inculcando ese amor y cariño por unas festividades llenas de tradición y calor familiar. Los villancicos son imprescindibles, pero también podemos invitarles a que nos ayuden a adornar la casa o a preparar algún que otro menú apetitoso, pero ¿qué os parece si les enseñamos algunos poemas que hablen de estas fechas?
Hace ya 15 años que se marchó una de las poetas más importantes de nuestro país: Gloria Fuertes. A pesar de que nunca se le había dado el verdadero valor literario que tenía, quizás por considerar que la literatura infantil, y especialmente la poesía, no eran un género que mereciera ningún aplauso extraordinario, esta madrileña con una infinita sensibilidad y con el corazón tan grande como todo un universo, consiguió calar en nuestra vida de una forma tan certera y precisa, que no podemos más que rendirle nuestro humilde homenaje en este día.
Para el poeta de Orihuela, Miguel Hernández, ser padre supuso una enorme alegría. La pena fue que, debido a las causas políticas y sociales de esos momentos, en los que estalló la Guerra Civil Española, nada pudo disfrutar de esa paternidad que tanto anhelaba. De todos modos nos dejó unos hermosos poemas dedicados a su esposa, a esa mujer que llevaba en su vientre toda la plenitud de su semilla.
Desde hace catorce años que la UNESCO decidió declarar el 21 de marzo como el Día Mundial de la Poesía, algo que resulta sumamente agradable ya que coincide con la entrada de la primavera y ambas, como en una perfecta comunión, se abren paso en la vida de los seres humanos llenando el camino de belleza y sorpresa.
La poesía es uno de los medios más efectivos para expresar los sentimientos. Todo aquello que la palabra en sí misma no puede expresar, queda completada cuando se deja invadir por el halo de la luz poética. Así los grandes poetas han sido los únicos capaces de poder comunicarse a través del corazón, dejando que la voz interna de su alma sea la que se exprese a fin de compartir con el resto su más hondo sentir, en un gesto de inaudita generosidad.
Todo gran poeta siempre tiene, asomado a su corazón, a un enorme niño que mira la vida con los ojos emocionados de la sorpresa. Es por ello que cada verso, siempre nuevo, guarda un rasgo de aquel paraíso donde la infancia campa a sus anchas, creyendo en historias fabulosas y esperando un destino brillante y hermoso.