
El descanso es un ingrediente indispensable para niños y adultos. El sueño influye de forma significativa en el bienestar. Por esta razón, cuando existen obstáculos que interrumpen el ritmo de un reposo feliz, se producen otras dificultades asociadas a esta experiencia. Por ejemplo, cuando un niño se despierta con frecuencia por la noche, esta situación también marca una circunstancia en la rutina de los padres.
El ser humano se aproxima a la realidad a través de los sentidos. Por medio de cada uno de ellos percibe una información concreta que conecta con el aquí y el ahora. El oído, por ejemplo, permite identificar los sonidos que aportan una banda sonora a un instante. Existe un tipo de sonido muy popular y que hoy analizamos en este artículo. Este elemento recibe el nombre de ruido blanco. Este es un tipo de ruido que, por sus propias características, en presencia de este tipo de experiencia, quedan en un segundo plano otro tipo de sonidos que se estén produciendo en el entorno cercano al lugar en el que se encuentra la persona. Este es un tipo de sonido constante.
Poder conciliar el sueño para las embarazadas, es, a menudo, una misión imposible. La revolución de las hormonas, la dificultad para encontrar la postura correcta o las preocupaciones sobre la salud de nuestro bebé, son esos pequeños ingredientes que pueden impedirnos descansar correctamente. Sin embargo, ¿sabías que dormir poco durante el embarazo aumenta el riesgo de padecer diabetes gestacional?
Una de las advertencias que me hicieron antes de que el niño naciera era clara: no vas a dormir en condiciones y te vas a tener que despertar cada tres horas. Fue una frase muy escuchada y que, en cierta manera, me daba un poco de temor. No por el hecho en sí, sino por la manera en me la decían. Parecía que, si no me despertaba a tiempo, Freddy Krueger iba a aparecer en mi sueños con el fin de enseñarme educación.
Dormir la siesta en el embarazo es realmente importante, una manera de recuperar las energías para poder realizar todas las tareas cotidianas. Desde el momento en que una mujer queda embarazada el cuerpo empieza a realizar nuevas actividades, muchas de ellas relacionadas al sistema hormonal y a la manera en que se nutrirá la nueva vida.
Tener una buena calidad en el sueño, así como cumplir las horas necesarias, es fundamental para la salud de todo ser humano. Ya hemos visto, en distintas investigaciones, como dormir lo suficiente evita problemas como la obesidad, por ejemplo, nos alivia el estrés y nuestro cuerpo se desarrolla de forma adecuada, mucho más si está pleno crecimiento como sucede en los niños.
Uno de los grandes retos a los que los padres se tienen que enfrentar, nada más nacer su bebé, es al de dormir. Por muy tranquilo que nos salga y por mucho que se adapte a un ritmo, más o menos normal, en su rutina, las noches de los primeros meses suelen ser un auténtico caos. Es así que, según las estadísticas que manejan los expertos, los padres suelen perder entre 400 y 700 horas de sueños durante el primer año de vida de su bebé.