Un programa de televisión pakistaní regala bebés abandonados

Un programa de televisión pakistaní regala bebés abandonados

Escrito por: Sacra    29 julio 2013     2 minutos

El mundo de la televisión, sin duda, es un mundo aparte. Tal es así que en los últimos tiempos ya parecen no existir límites con el fin de ganar audiencia. Si hace solo unos años nos escandalizábamos con los reality que nos mostraban comportamientos humanos un tanto extravagantes, estas técnicas han ido creciendo o degenerando, según los gustos, con tal rapidez que ya es imposible saber donde están los límites.

Y es que, por lo visto, nada hay prohibido con tal de ganar audiencia. Así, al menos, es la impresión que nos da esta noticia, cuando nos hemos enterado que una cadena de televisión de Pakistán, regala bebés abandonados por el simple hecho de subir audiencia, algo que, a mi corto entender, debería estar más que prohibido, especialmente porque los bebés no son un viaje al Caribe o una lavadora que se recibe tras un sorteo televisivo.

Al parecer durante el Ramadán, en este país, la tele no tiene prácticamente audiencia, así que no se les ha ocurrido otra cosa que embarcarse en semejante dislate mediático. Sea como sea, el objetivo ha sido cumplido ya que ha conseguido batir récords de audiencia. Su presentador, Agmir Liaquat Hussain, está muy satisfecho con el resultado de este programa ya que, según él, ha conseguido colocar a muchos bebés en familias que no podían tener hijos, y de esta forma han conseguido su sueño de ser padres. Según él, además de conseguir la felicidad para el bebé abandonado y los nuevos padres, también se consigue concienciar para que no abandonen a más bebés.

La última niña entregada, a la que según el presentador habían encontrado en la basura, fue entregada a un importante empresario que estaba esperando, junto a su mujer, desde hace 14 años con ser padres, viendo que por medios naturales iba a ser imposible, decidieron llamar al programa para conseguir su objetivo. Le pusieron por nombre Fátima.

Vía | Zocalo