En algunas ocasiones veremos que nuestros hijos no quieren ir al colegio porque sienten que tienen problemas. Por ese motivo, como nadie los conoce mejor que nosotros, los padres, debemos estar atentos a reiteradas manifestaciones a este respecto. Primero debemos descartar que sea un problema de holgazanería. Si el problema persiste las razones pueden ser de diferente índole:
A estas alturas del año, no se habla de otra cosa que no sea la vuelta al cole o a la ludoteca, la adaptación al jardín de infancia , el dinero que las familias invertirán para que los más pequeños empiecen sus primeros escarceos educativos en las guarderías.
Ya hemos hablado en múltiples ocasiones de la necesidad de prestar a nuestro bebé todas las opciones posibles para su desarrollo físico y psíquico durante el primer año de su vida. Es vital, durante este periodo, estimular al pequeño con múltiples opciones que le hagan tomar contacto con el mundo que lo rodea así como con sus propias capacidades manuales y mentales. Los padres deberíamos ocuparnos de estas actividades al igual que lo hacemos con la alimentación o el aseo, por ejemplo.
Muchos no saben qué les pasa a sus hijos, otros no saben qué hacer con ellos, otros tantos los medican para que se relajen. Lo cierto es que tener un hijo hiperactivo puede terminar siendo un grave problema para el niño y para sus padres. Son ya varias las Comunidades Autónomas que se han decantado por crear escuelas de padres para ayudar a los progenitores de esos niños en la difícil tarea de aprender a tratarlos y educarlos.
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