La conocida marca de alimentación infantil Milupa ha puesto en marcha un concurso de vídeo y fotografía. Con él pretende celebrar su 50 aniversario y qué mejor manera de hacerlo que seleccionando al bebé más guapo de España.
Cuando nuestro peques empiezan a ir al baño hay que pasar una etapa en la que hay que estar dispuesto a poner al niño a hacer pipí en cualquier sitio. Y es que aunque ya son capaces de controlar los esfínteres, en muchas ocasiones, no pueden aguantarse y cuando quieren ir al baño ha de ser inmediato.
Llegadas las vacaciones existen una infinidad de modos distintos de pasar nuestro tiempo de ocio y descanso. Los hay quienes eligen la playa con su tranquilo descanso frente al mar, también están aquellos que prefieren viajar, descubrir nuevos horizontes, inmiscuirse en nuevas culturas, pero también están aquellos que aprovechan estos días para lanzarse a la aventura: paseos por la montaña, excursiones en bici o acampadas en plena naturaleza, suelen ser las más habituales.
Uno de los componentes más importantes del ajuar del bebé es la trona o silla para comer. A partir de los ocho o nueve meses nuestro niño ya puede permanecer sentado, además con la incorporación de nuevos alimentos empieza a ampliarse, no sólo su mundo alimentario si no, también, su contacto social a la hora de comer.
Hemos hablado en artículos anteriores, sobre los bolsos maternos, siempre voluminosos, para incluir allí todos los complementos que puede necesitar el bebé al salir de casa; mencionamos también que en el mercado se encuentran disponibles nuevos modelos de bolsos, que además de tener diseños más llamativos, son convertibles o multifuncionales.
Uno de los primeros artículos que se compran, pensando en tener suficiente espacio para llevar todas las cosas del bebé, es un bolso maternal espacioso; los diseños tradicionales son comúnmente de telas llamativas, acolchados y con estampados infantiles, pero los diseños nuevos de bolsos son multifuncionales, ofreciendo a la madre mayores ventajas y utilidades.
Una vez que hemos conseguido que nuestro pequeño gran explorador pida el pis y la caca, deje los pañales y se siente en su orinal para hacerlo, no podemos irnos de vacaciones sin nuestro orinal. Bueno, es una manera de hablar ya que cada padre valora lo que necesita realmente, lo que puede permitirse y lo que realmente necesita su hijo.
Estamos a las puertas de las vacaciones y comienzan a surgir las dudas sobre los viajes con bebés y niños pequeños. Una de las más habituales es la preocupación por los oídos de los peques en los viajes en avión, durante el despegue y el aterrizaje. Aunque los aviones están presurizados, en esos dos momentos hay un ligero cambio que puede provocar molestias e incluso dolor mientras los oídos se habituan a la nueva situación. Los mayores podemos masticar chicle, provocar el bostezo o tragar frecuentemente, pero a un bebé no podemos pedirle nada de esto.
Es agradable comprobar que la industria pediátrica se ocupa cada vez más de ofrecernos productos que nos ayudan a disfrutar de la crianza con mayor comodidad y seguridad. Salir a comer fuera de casa con nuestro bebé puede suponer tener que ir cargada con el armatoste de la trona o, por el contrario, tenerlo en brazos durante toda la comida ya que, posiblemente, no va a querer perderse ni un detalle de esa fiesta familiar.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado con que la papilla de nuestro bebé ha quedado impregnada por todas partes menos en su boca?... Es lo que suele suceder los primeros días cuando intentamos darle su papilla y el niño sólo quiere jugar. Al menor descuido el plato y la cuchara, con todo su contenido, acaban derramándose por el suelo con una facilidad pasmosa, son los gajes de un oficio del que jamás te doctoras pues, si un día la hora de la comida es un bálsamo de aceite, seguro que en la merienda nos espera cualquier desatino.
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