El mundo de la tecnología ha ganado terreno en nuestras vidas, convirtiéndose, practicamente, en indispensable. Comunicarse a larga distancia, buscar consejos y ayuda o divertirse son algunas de las ventajas que encontramos en esos pequeños aparatitos que nos acompañan cada segundo de nuestra vida. Lo que parecía impensable hace apenas unas décadas, ahora es toda una realidad y, además, creciendo día a día.
El uso de la tecnología ha dejado de ser una rareza sólo para expertos, para convertirse en un elemento imprescindible en nuestra vida. El modo en el que nos comunicamos ha dado un giro drástico, ofreciéndonos la posibilidad de que, con sólo un aparatito que nos coge en una mano, podamos conectar con todo el mundo en tan solo unos segundos. Pero como todo aquello novedoso y lleno de ventajas, también aparecen opiniones que no son del todo favorables.
Nuevamente la tecnología y el mundo de la infancia llegan a la actualidad. La forma de divertirse de los niños, en los últimos tiempos, ha variado de forma considerable. Más allá de disfrutar del aire libre, los deportes o los juegos entre amigos, los pequeños prefieren quedarse en casa pegados a sus nuevos aparatos de última tecnología en el que pueden encontrar todo, o casi todo.
A estas alturas del siglo XXI, ya no existe nadie que dude de la eficacia e importancia que la tecnología ha tomado en nuestras vidas. Si antes un teléfono, incluso siendo portátil, sólo nos servía para hacer alguna llamada, en la actualidad todo, o casi todo, lo podemos realizar desde nuestro aparato móvil, algo que hace unas décadas podía resultar una idea sólo concebida en la ciencia ficción.
Una de las causas de fallecimiento de bebés más numerosa en todo el mundo, y de la que todavía no se ha encontrado una explicación firme y clara, es la muerte súbita. A ella se han vinculado temas genéticos, malos hábitos en el entorno o de la madre durante la gestación, como el tabaco o el alcohol, la misma polución del ambiente o, incluso, la posición en la que le dejamos durmiendo.
Desde que nuestras abuelas se hacían aquella enigmática prueba de la rana para saber si se estaban embarazadas, hasta encontrarnos con una prueba de embarazo conectada a nuestro smartphone, parece que sólo hayan pasado unos pocos años, los suficientes para seguir asombrándonos de un mundo que, cada vez, se encuentra más mecanizado y que, como ya augurara algún literato de ciencia ficción, las máquinas serán nuestras más fieles aliadas en un futuro ya cercano.
Cada día son más las aplicaciones que encontramos en el smartphone y que nos sirven para hacernos la vida mucho más fácil. Si al principio empezaron siendo programas dedicados al entretenimiento y la diversión, ahora su uso se ha extendido para cualquier actividad que nos pueda suceder en nuestro mundo vital. Tanto es así que, prácticamente, lo de usar un smartphone para mantenernos en contacto con otra gente se ha convertido en una antigüedad.
La tecnología se ha impuesto en nuestra vida de una forma tan sólida que apenas podemos movernos sin tener un dispositivo a nuestro alcance. Desde el uso de teléfonos móviles, que ya nos parecía una barbaridad aquello de estar controlados a lo largo de todo el día, hasta los modernos smartphones, que además nos permiten el seguimiento de cualquier tarea, apenas han pasado unos años, los suficientes para que los bebés de ahora vengan "programados" para entender cualquier asomo de novedad tecnológica, por muy complicada que sea.
Nuestros bebés ya han nacido en la era de la tecnología. Casi antes de aprender a hablar, a andar o a expresarse con gestos, ya son perfectos conocedores de las últimas aplicaciones que nos ofrecen las empresas de telefonía e internet. Pensar que para nosotros sigue siendo especialmente complicado, por ejemplo, hacerles una foto, pero que para ellos es un juego tan sencillo como rascarse la nariz, parece una idea de ciencia ficción, pero no es así. Los pequeños se defienden con tanta gracia en el mundo de la alta tecnología que casi resulta a dar miedo.
Una de las grandes preocupaciones de los padres, especialmente cuando son primerizos, es saber identificar el llanto de su bebé. La mayoría de veces lloran porque tienen hambre, necesitan cambiar el pañal o están cansados, pero poder adivinar su necesidad no siempre es fácil. Por eso la tecnología, siempre atenta ante las necesidades de las familias, no deja de inventar nuevos dispositivos que nos hagan la vida mucho más sencilla y placentera.
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