La natación en los bebés es algo muy natural. De hecho el líquido es el único medio que conocen antes de salir al mundo exterior, por lo que no es extraño que se encuentren a las mil maravillas en este elemento desde bien chiquitos. Los miedos, por desgracia, los adquirimos después.
De hecho, empiezan por llorar en respuesta determinados estímulos como hambre, sueño… Después del segundo mes ya emiten grititos de júbilo y gorgoritos, y así poco a poco van evolucionando hasta que aprenden a decir sus primeras palabras. A los seis meses comienza el balbuceo, un gran avance en su función comunicativa y el bebé aprende los turnos de la conversación: el bebé grita, la mamá contesta y el bebé emite otro sonido.
Ya sabéis lo divertido que resulta ver a un bebé moviendo el esqueleto. La facilidad que tienen para hacer movimientos extraños, su elasticidad y su marcado sentido del ritmo provocan siempre las delicias de sus padres y las carcajadas de los demás. Ver bailar al niño casi siempre le arranca a cualquiera una bonita sonrisa. Y es que no se sabe qué tiene la música que cuando somos pequeñitos a todos nos encanta.
El Síndrome de Moebius está catalogada como una de esas enfermedades raras de la que todavía queda mucho por investigar. Se produce cuando dos nervios craneales, el sexto y el séptimo, no se desarrollan en su totalidad lo que supone una parálisis facial importante. Ellos son los responsables del parpadeo, movimiento ocular y de otras muchas expresiones de la cara. De ahí que estos niños sean incapaces de sonreír, al menos de forma física.
Ya sabemos aquello de que no hay nada más bonito que la sonrisa de un niño. Ver como sus labios, al arquearse en un gesto distendido y alegre, hacen que reluzca su carita llena de jocosa expresividad. Es entonces cuando sentimos que esa idílica estampa debe ser lo que muchos humanos buscan bajo el nombre de felicidad. Pero más allá del propio gesto, el acto de sonrisa en los bebés es un pozo colmado de múltiples beneficios que son decisivos para su desarrollo.
En este segundo artículo te contaremos, por ejemplo, que cosas le hacen gracia. Un claro ejemplo de ello es cuando sus padres se pasan la pelota rodando sobre la mesa de la cocina, ellos inexplicablemente empiezan a sentir cierta emoción de lo que saben que va a suceder: papá y mamá se pasan la pelota hasta que, precedida de gritos y aspavientos, se cae de la mesa. Esto les resultará muy divertido porque saben que es un juego, ahora, si los gritos fueran reales los chiquitines no se divertirían con ellos.
Ya os hemos contado muchas veces que la música y el sentido del ritmo podría ser innato en todos los recién nacidos, lo que ocurre es que a algunos se les sigue desarrollando bien por estimulación ajena o sentido propio y otros lo pierden por el camino.
Cuando lo vemos sonreír estando dormido empieza a temblarle alrededor de los ojos y la frente y poco a poco llega hasta los bordes de los labios. El bebé nos sonríe en el medio del sueño. Este, sin dudas, es un momento mágico. En algunas culturas se conoce como sonrisa de ángel (por el de la Guarda), pero lo que está claro es que nuestro angelito se encuentra relajado y feliz.