Uno de los últimos artículos publicados por el pensador Eduard Punset, 'A veces, invertimos más en un coche que en un hijo', pone sobre la mesa asuntos tan simples como que gran parte de lo que influye a un niño desde, incluso antes de nacer, son los sentimientos, las decisiones y las diferentes opciones que adoptan sus padres en la vida. En este sentido, nos invita a reflexionar sobre las guarderías.
Cada bebé tiene su propia personalidad al nacer y pronto los padres hablamos de ellos como buenos o llorones, niños tranquilos o imposibles de complacer. Damos por hecho que poder tener buenas o malas noches es una lotería. Sin embargo parece que el estado emocional de mamá tiene mucho que ver en el comportamiento del niño.