
La salud de nuestros hijos depende, en gran parte, del desarrollo que van teniendo a lo largo de sus primeros meses de vida. Es precisamente ese periodo en el que van a aprender a comer, andar, hablar y razonar de una forma independiente y autónoma. Por eso es importante que los padres estemos ojo avizor frente a las anomalías que podamos observar en su crecimiento, ya que la mayoría se pueden corregir y, de este modo, evitamos que se queden de forma perpetua para el resto de su vida.
Una de las dificultades más generalizada que se nos presenta nada más nacer nuestro bebé, es la de entender su llanto. Sabemos que así es como se va a manifestar cuando tiene hambre, sueño o necesita el cambio del pañal, sin embargo también utilizará esta vía para hacernos llegar sus molestias y dolores. El problema es que no vamos a saber dónde está localizado. Los cólicos o la salida de los dientes suelen ser los más frecuentes pero ¿cómo podemos aliviarlos?
A lo largo del embarazo son muchas las molestias que se nos presentan y que, en la mayoría de los casos, son producidas por la alteración, proliferación y desajuste de las hormonas. No olvidemos que, para que nuestro cuerpo acoja la llegada de otra vida, va a tener que realizar un buen número de nuevos ajustes que, sin duda, nos llevarán a más de una molestia.
Con la llegada del verano y las altas temperaturas suele ser habitual que nuestros pies sufran, mucho más si estás embarazada y en los últimos meses de gestación. El peso, los problemas de circulación y la retención de líquidos se unen al calor para que nuestros pies aumenten su tamaño de forma considerable, de hecho a veces es bastante complicado calzarse adecuadamente.
Cuando los pequeños empiezan a caminar notaremos, que algunos de ellos, lo hacen de puntillas. Entonces entraremos en duda acerca de si esto es normal o no.
Cuando se tiene un segundo hijo, es normal que los padres empiecen a sacar todos los artículos que utilizaron con el primer bebé con el fin de hacer una selección de aquello que se puede utilizar con el nuevo bebé. En este sentido, la mayoría de la ropa que está en buen estado, así como los zapatos suelen ser las cosas que más uso se les da con el segundo niño.