A lo largo de las últimas décadas, la edad de las mujeres a la hora de tener a su primer hijo, ha ido en aumento. Si anteriormente la tendencia era ser joven para poder criar a tu hijo, ahora solemos esperarnos más en el tiempo hasta conseguir completar la madurez suficiente como para aventurarnos en el placer, y deber, de ser madre.
La lengua materna es el idioma primario que los pequeños adquieren desde la edad más temprana, a través de la comunicación cercana con sus padres y las palabras que escucha en su entorno inmediato; sin lugar a dudas, a los niños pequeños se les facilita adquirir o aprender otras lenguas, pero estos idiomas secundarios los relacionarán siempre con su primera lengua.
Alrededor de los tres años de edad, y gracias a la relación lenguaje-pensamiento, los niños empiezan a ejercitar la memoria a largo plazo, que les permite recordar pequeños episodios o historias protagonizadas por sí mismos. La memoria está compuesta por dos funciones: identificar (reconocer algo) y reproducir (relacionar el objeto en otro espacio o situación).
A partir de los dos años y aproximadamente hasta pasados los tres, los niños exploran el mundo a través de preguntas; intentan conocer y caracterizar las cosas, valiéndose de la orientación de los adultos que les acompañan y responden. El tipo de preguntas que formulan, puede mostrar el nivel de pensamiento del niño, y la clase de situaciones que le interesan, agradan o preocupan.
¿Tu bebe necesita un andador? Te damos algunos consejos 
Depresión postparto: factores de riesgo, síntomas y cómo prevenirla 
Como pedir el permiso de paternidad en España en 5 claves