
El periodo del embarazo es uno de los más hermosos que puede vivir una mujer. Saber que dentro de su organismo se está gestando un ser humano, notar como va creciendo poco a poco y sentir sus latidos, es una de esas experiencias inolvidables que nos hacen sentir más conectadas con la naturaleza y su propia esencia. Sin embargo, y vamos a ser sinceras, no siempre es así. Los cambios que se producen durante estos nueve meses, son tan importantes y relevantes, que no siempre se manifiestan de forma positiva, o tan idílica como pudiera parecer.
Ya hace algunos años que en Estados Unidos está funcionando una idea que, al parecer, tiene un enorme éxito. Se trata de organizar viajes especializados para las mujeres embarazadas. Conocido como Babymoon, sería el equivalente a la tradicional Luna de miel para los recién casados, pero en esta ocasión, para disfrutar la pareja de unos días de tranquilidad, cuidado y mucho romanticismo, antes de la llegada del bebé.
La llegada del bebé a una casa supone una infinidad de cambios que a veces no somos capaces de digerir de la forma correcta. Es cierto que cada uno tenemos nuestro ritmo, nuestra forma de entender y vivir la vida, y, sobre todo, nuestra manera de entender y disfrutar del amor. Comparar el sentimiento que se tiene hacia los hijos con respecto al de la pareja es totalmente absurdo, quizás por eso surgen los problemas cuando intentamos equiparar uno con otro.
Hoy nos referiremos al vínculo que existe entre la lactancia materna y la sexualidad. Algunos profesionales aseguran que durante esa etapa de la vida sucede algo hormonal que no debe preocupar a las madres, además, el tiempo de la lactancia también puede influir después en la sexualidad del pequeño.
Cuando parece que por fin se ha cumplido el sueño y ya somos papás, los efectos secundarios, como en los medicamentos, salen a la luz. Si suelen ser, dentro de la depresión post parto, en forma de tristeza, también el sentimiento contrario es posible.
¿Quién no conoce el juego de las parejas? Seguro que todos hemos jugado a este juego que ayuda a ejercitar la memoria buscando la localización de las parejas. Yo ya se lo enseñé a mi hijo pero el que yo hice era mucho más rudimentario y simple, me apañé con una cartulina y unos garabatos dibujados por mí. Aunque la función es la misma, tengo que reconocer que esta manera de hacerlo queda mucho más bonita y es más duradera. También es una forma de reciclar el papel de regalo de las últimas Navidades.
Es lógico que si en casa hay malos modos y gritos el estado de ánimo, el comportamiento y el sueño del niño se vean afectados. Lo que ha podido comprobar un estudio, aunque no es definitivo, es que con tan sólo 8 meses el bebé ya puede tener problemas para dormir y mantenerlos al año y medio de vida, como consecuencia de la mala relación entre los padres.
Cada día son más las empresas que se centran en la figura paterna para conocer sus hábitos, dudas, sentimientos y maneras de afrontar la paternidad. Y es que a las madres nos tienen muy estudiadas y los papás son una fuente de datos para este tipo de cosas. Amén del protagonismo, cada vez más relevante, que están teniendo.