Una de las peores situaciones que podemos vivir cuando nuestros hijos son pequeños es el atragantamiento. Los niños, siempre llevados por su insaciable curiosidad, buscan y encuentran todo tipo de peligros a su alrededor, incluso en el mínimo rincón donde no habíamos reparado nunca puede existir una pequeña pieza, un inaccesible tornillo o un botón caído de su propia ropa que acabe alojado en su garganta provocando unos segundos de verdadera angustia para ambos. Con unos movimientos eficaces podemos liberarle del objeto extraño pero, como siempre, lo mejor es evitar el riesgo siempre que nos sea posible.
Ya sabéis lo mucho que insistimos desde aquí para que nuestros niños sigan una dieta equilibrada, sana y llena de aportes energéticos y vitaminas necesarias para su desarrollo, tanto físico como intelectual. Mantener una alimentación rica en nutrientes y enseñarles a distinguir entre los beneficiosos y los innecesarios, también es una tarea que debemos fomentar a fin de crearles hábitos sanos que le van a acompañar durante el resto de su vida.