Suele bastante habitual que los bebés desarrollen mucha más mucosidad que los adultos. De hecho seguro que no te sonará extraño verle con los mocos colgando de la nariz incluso sin estar resfriado. Esto es debido que su sistema inmune todavía está madurando y su organismo le protege contra las infecciones creando una barrera a través de la mucosidad.
Con la llegada del bebé a casa llegan también muchas sorpresas que, seguro, no nos habíamos planteado hasta el momento. Pocos son los padres, especialmente los novatos, que no se quedan embobados mirando a su retoño como si, todavía, no creyeran que hubiera salido de su propio interior. Es así como cada gesto, cada mínimo movimiento se convierte en todo un acontecimiento para los orgullosos papás.
Fumar durante el embarazo trae graves problemas de salud al bebé, por eso es totalmente aconsejable abandonar este mal hábito cuando estemos planeando traer un hijo al mundo. Desde problemas respiratorios, renales hasta riesgo de aborto, son sólo una muestra de la larga lista de perjuicios que podemos provocar a nuestro hijo.
Una de las características principales, y más llamativas, de los bebés recién nacidos son sus ojos. Esas dos inmensas ventanas que nos miran como queriendo descubrir qué sucede a su alrededor y cómo ha cambiado el paisaje desde el útero materno. La explosión de luz que les rodea, los ambientes cambiantes y la intensidad de los movimientos deben ser como un carrusel de emociones que les embarga y abruma tras el parto.
Llegadas las altas temperaturas y el verano, el sol se vuelve uno de nuestros aliados, y también más duro enemigo, del calendario estival. Sus rayos ultravioletas nos aportan muchos beneficios pero, al mismo tiempo, especialmente en exceso y a ciertas horas del día, pueden resultar de lo más dañinos.
Son muchas las leyendas, mitos y curiosidades que existen en torno al mundo del embarazado y los recién nacidos. Cada país, cultura, religión o grupo social ha establecido una serie de normas, creencias o imaginaciones en torno a este momento tan especial en el que, afortunadamente, se sigue perpetuando la raza humana. En la mayoría de los casos se trata de cuentos o supercherías que no llegan a ningún puerto y que sólo sirven para alimentar el fervor popular y que no tienen ninguna base científica. Así que mejor, conocerlas simplemente por pura curiosidad.
Suele ser relativamente normal que los recién nacidos presenten algún tipo de problema ocular a lo largo de su desarrollo. Sus ojos, todavía no acostumbrados al nuevo medio, también tienen que habituarse y empezar a vivir con independencia acomodándose a este nuevo ambiente, por eso no es extraño que, al menos durante los primeros años de su desarrollo, se presente algún problemilla pasajero.
Es normal que al observar los ojos de un bebé recién nacido veamos que son de un bonito tono gris, esto no quiere decir que será su color definitivo, en esa etapa empiezan a definir las células que se encuentran en un proceso de maduración.