El juego es totalmente necesario para el correcto desarrollo de los niños. A través de esta actividad lúdica, los peques descubren el poder de su imaginación, desarrollan sus habilidades, se evaden de los problemas y entran en mundos mágicos que les ayudan a crecer en un mundo interior lleno de riqueza.
Hasta hace unos años nos parecía cosa de milagro aquello de poder ver a nuestro niño en el mismo vientre. Ir siguiendo su evolución, ver como se mueve o andar buscándole parecidos, mucho antes de tenerlo entre los brazos, era como una sensación casi de ciencia ficción. Después la tecnología ha ido ofreciéndonos más adelantos que han ido aumentando estos emotivos encuentros con nuestro pequeñín. Las ecografías han dejado de ser una imagen plana para convertirse en todo un universo de emociones a través de las técnicas en 3D y, también, en 4D.
Los peluches son adorables y uno de los mejores juguetes para un bebé, pero también son auténticas mopas atrapa-polvo. El pequeño juega o duerme con ellos y es importane tratar de mantenerlos límpios. Algunos soportan la lavadora sin problemas, pero hay que tomar algunas precauciones. Es conveniente utilizar el programa delicado y meter el peluche en una red de lavado. Si no tuvieras puedes sustituírla por una funda de almohada o una media. Hay que poner suavizante para que el muñeco salga esponjoso y no debe secarse en la secadora.
Como era de esperar el muñeco con el casco y el ¿pijama? azul casi siempre contento ya tiene una publicación propia. Porque... qué dibujo animado que se precie en estos días no cuenta con una revista propia. Está claro que el mundo editorial tiene que ir a la caza del público infantil para compensar la pérdida de lectores de otras edades.
Con la celebración del Mundial de Fútbol en Sudáfrica, este deporte se ha puesto más de moda si cabe entre los más pequeños. Y qué decir de los pulpos… Pues uniendo ambas cosas, el recién estrenado grupo musical infantil, Ciudad Arcoiris, le ha compuesto una canción a la Selección Española de Fútbol. Un homenaje a La Roja, al fútbol, al pulpo y ¿cómo no? a los niños.
Cada vez con más frecuencia se están empezando a introducir muñecos de látex en residencias de ancianos con fines terapéuticos. Son los conocidos como reborn (del inglés, volver a nacer). Son bebés de látex casi reales que pesan unos tres kilos, llevan pelo natural y tardan en fabricar cada uno de ellos aproximadamente un mes.
Siguiendo con el proceso artístico del bebé, le pintan también las uñas, se le pone el pelo con ayuda de agujas especiales y se procede a rellenar el cuerpo de tela, con materiales especiales que le den el peso de un bebé de verdad. Finalmente se dan los toques de la ropita, accesorios y se le pone un nombre, dando por terminado un muñeco de realidad sorprendente. Tanto los fabricantes de los moldes, como los artistas “reborners”, estudian muchas fotografías de bebés reales, para dar a sus creaciones estos resultados.
Eso de que "hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad" ya no hay quien lo dude; por más que nos empeñamos, a menudo, en volver a las viejas tradiciones, a recuperar el contacto con la tierra o a hacer oídos sordos de los últimos lanzamientos tecnológicos, lo cierto es que vivimos rodeados de avances electrónicos que, en la mayoría de los casos nos hacen más cómoda la vida y, en otros, pueden llegar a complicárnosla de un modo exagerado.
Estos bebés tienen un precio entre los 300 y los 6.000 euros, según el tamaño, el tono de piel y de ojos; se han abierto paso en el mercado de Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y España. Quienes los fabrican, los consideran obras de arte, únicas e irrepetibles; polémicos para muchos y beneficiosos para otros por el “hiperrealismo” de sus facciones y la expresión de su rostro.
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