La comunicación es inherente al ser humano. Incluso antes de que los bebés digan sus primeras palabras comunican información de sí mismos mediante el lenguaje corporal. El llanto es una forma de comunicación. Sin embargo, así como existen palabras que tienen más de un significado, el lenguaje del llanto también puede tener más de una interpretación que conecta con la causa que lo produce. ¿Cuáles son las posibles razones del llanto?
Escrito por: Belén
15 julio 2010
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Cuando los padres buscan soluciones para el sueño de sus bebés se encuentran fácilmente con dos tendencias muy claras y firmemente respaldadas por otros grupos de padres. Por un lado los seguidores del método Ferber, conocido en España a través del Dr. Estivill, que a muy grandes rasgos defiende que el bebé debe aprender a dormir sólo mediante rutinas muy estrictas aunque tenga que llorar para ello. Por otro lado, los seguidores del método Sears, transmitido en España por el Dr. González, que es absolutamente opuesto, y también a grandes rasgos, considera que el niño necesita el contacto permanente con sus padres, especialmente con la madre y que dejándole llorar le hacemos sufrir.
Escrito por: Sacra
8 septiembre 2009
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Con septiembre viene el colegio y con el colegio las inevitables lágrimas de los primeros días. Es normal que nuestros niños sientan ese proceso como un dramático episodio de pérdidas y abandonos que a veces nos resultan tan difíciles de comprender desde nuestra racional mente adulta. Tenemos que ser conscientes de que esta nueva etapa que se abre ante su vida va a estar presente, durante mucho tiempo, en su memoria emocional, haciendo de ella una mácula dolorosa en el proceso de su crecimiento o un paso más hacia un desarrollo libre y lleno de posibilidades.
Escrito por: Belén
18 mayo 2009
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El primer tratamiento que nos indicará el médico es poner un colirio al bebé para tratar la infección. También tendremos que darle masajes en el conducto para intentar que se abra y drene correctamente. El masaje se da justo debajo del ojo donde se une con la nariz. Con firmeza pero sin hacer daño al bebé, masajeamos en círculo primero en un sentido y luego en el otro. Es preferible hacerlo con una gasa esteril por la cercanía al ojo.