A consecuencia del embarazo nos pueden surgir algunos problemas de salud que resultan un tanto complicados de solucionar con los fármacos tradicionales. Aunque siempre será nuestro ginecólogo el que valore la necesidad de ofrecer un tratamiento especial, la alimentación juega un papel fundamental, sobre todo porque nos ofrece una alternativa natural que no daña a nuestro organismo ni al crecimiento de nuestro bebé.
A lo largo del embarazo se nos pueden ir presentando algún que otro problema de salud o, incluso, mantener aquellos que ya teníamos antes de la gestación. Hay mujeres que son propensas a los dolores de cabeza, tensión alta, anemia o problemas en el hígado o riñones, entre otros muchos. Aunque siempre será su médico el que valore la posibilidad de seguir con un tratamiento farmacológico, también podemos ayudar a nuestro organismo a través de alimentos naturales que, aunque no sustituyen la medicación ni nos van a curar, sí pueden ayudarnos a sentirnos mucho mejor y más sanas.
Una de las bebidas recomendadas durante el embarazo son los zumos. Pero más allá de tomarlos envasados resulta mucho más beneficioso si los preparas en casa, solo te llevará un momento, no es complicado de realizar y, dependiendo de la temporada en la que nos encontremos, podemos combinar distintos alimentos que nos ayudaran a mantenernos en forma y, sobre todo, dándole a nuestro bebé todo el potencial vitamínico que necesita para desarrollarse sano y sin ningún problema.
La alimentación de nuestro hijo, durante sus primeros años, es totalmente fundamental. Así lo venimos comprobando desde hace tiempo. Pero a esta idea, más o menos contrastada y popular, se ha venido a sumar ahora un estudio realizado por la Universidad de Southampton, en Reino Unido, en el que aseguran que aquellos bebés que comen más fruta y verdura fresca están más protegidos frente al desarrollo de las alergias.
A partir de los seis meses, más o menos, nuestro niño ya irá introduciéndose en el mundo de los sabores distintos a la leche. Será el pediatra el que nos vaya marcando, tanto en el momento de ir introduciendo los alimentos, como su orden y las cantidades adecuadas para nuestro pequeño. Nunca debemos olvidar que él es el único que nos puede ir dando estas pautas, muchas de las alergias alimentarias que se generan en los niños es debido a la inadecuada introducción de algunos alimentos.
Uno de los primeros alimentos a los que los pequeños le vamos introduciendo en su dieta, además de sus primeras ingestas de leche, son las frutas. Será el pediatra el que nos vaya indicando que tipos y en que medida vamos a ir dándole. Primero en pequeñas cantidades y siempre bien trituradas para evitar atragantamientos.
Cuando una mujer embarazada aumenta de peso en forma más que considerable, pueden surgir diferentes problemas. En casos extremadamente graves pueden surgir un parto prematuro o placenta de exfoliación prematura. Además, el sobrepeso provoca que en el momento del trabajo de parto los músculos se vean dificultados para trabajar. También provoca edemas en los pies, en las manos y en la pared abdominal.
El verano es el momento propicio para empezar a introducir a nuestros pequeñines algunas frutas que hasta ahora no habían entrado a formar parte de su alimentación. El calor es una de las principales causas de la sed, una sed que se aplaca con bebidas refrescantes.
Es a partir de los cuatro meses cuando nuestro bebé va a ir abriendo su paladar a nuevos sabores. Aunque continuamos dándole el pecho o su correspondiente biberón, poco a poco se le van introduciendo alimentos a su dieta. Este proceso, como ya hemos dicho en muchas ocasiones, debe ser supervisado y aprobado por el pediatra ya que él es el que conoce las características de cada niño y, en su caso, sus necesidades.
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