Una de las características más llamativas de la tecnología es que nunca mira hacia atrás. No distingue de momentos ni de historia. Sólo le sirve avanzar y descubrir nuevas cosas. A veces es un fastidio, por que lo que has adquirido hace poco se queda obsoleto. Pero cuando ese avance influye en la mejora del desarrollo de los niños, todo lo demás no importa.
Los escapes de pipí son muy normales al principio, por lo que debemos contemplarlo como algo normal. Nada de ponernos nerviosos ni enfadarnos. Simplemente, darle a entender que no pasa nada, que es normal, que lo único que tiene que hacer es ponerse una ropa limpia y esperar a hacerlo mejor la próxima vez. Tened por seguro que así sucederá.
Una de las señales las da su propia edad. El niño, al llegar a los dos y tres años, está cambiando en su desarrollo y comienza a sentir curiosidad por hacer determinadas cosas de manera independiente, por descubrir cosas de su alrededor y a imitar ciertos actos de los mayores.
En consecuencia de los post anteriores relacionados con este tema, no puedo dejar pasar la posibilidad de hacer un apunte más en este asunto. ¿Qué sucede cuando papá y mamá se separan? ¿Cómo compartir las actividades y acciones con el niño? Y lo más importante, ¿Cómo ponernos de acuerdo en lo más correcto?
"Si te portas mal, se lo diré a tu padre", "No puedo ir a recogerlo al colegio. Tengo mucho trabajo", "El fin de semana es sagrado. No quiero que me molesten". Segunda parte de las frases que pasan del tópico al aburrimiento y que no son sólo excusas, sino la creación de una mala imagen hacia el niño.
"Mamá, cámbialo tú, que sabes que yo no sirvo para esas cosas", "Tú controlas más lo de la comida que yo", "Estoy cansado. Juega tú con él ahora". Seguro que a muchos les suenan estas frases que se han convertido en tópicas en las familias, pequeñas o grandes. Pero deberíamos tener en cuenta cierto detalles en los que el niño si que puede reparar.
Ya conocemos la importancia de estimular a nuestro bebé desde su nacimiento, a fin de ir desarrollando en él todas las capacidades, tanto innatas como educacionales, que puedan florecer en él a lo largo de su vida. Emociones, sentimientos, cercanía y amor, son los verdaderos valores que vamos a dejarle como herencia, pero también la capacidad de independencia, libertad y autosuficiencia son elementos necesarios para desarrollarse como un auténtico ser humano.