En muchas ocasiones, cuando un adulto habla con un bebé, cambia su forma de hablar y su entonación. Potencia la espontaneidad y la expresividad en su comunicación. Esta forma de hablar posee un nombre que analizamos en Uno más en la Familia: baby-talk. Esta es una forma de comunicación adaptada al interlocutor. ¿Cuáles son las características de esta comunicación que busca la conexión con el bebé? Profundizamos en esta cuestión en este post.
La comunicación es inherente al ser humano. De hecho, es imposible que una persona no comunique nada con su presencia, ya que siempre ofrece información de sí misma. La belleza de la comunicación es visible en su máxima expresión en el gran milagro de la vida. Cuando nace un bebé se produce una interacción a través del contacto piel con piel. Es decir, incluso cuando el niño no expresa ninguna palabra, sí transmite un mensaje mediante el lenguaje del cuerpo.
Existen muchos motivos que llevan a la mujer a querer tener más de un hijo. Estas pueden ir desde una necesidad de autorrealizarse como madre, sellar el amor en su pareja, darle un hermanito a sus otros hijos o darle otro hijo a su marido. Como contrapartida algunos hombres siente que su mujer ya estuvo demasiado ocupada en criar chicos y quiere tenerla más tiempo para él.
Bueno, éste es el último artículo de esta serie en donde hablaremos de las preguntas más frecuentes que nos harán nuestros hijos. No con esto te quiero decir que sus preguntas se limitaran a estas… muy por el contrario, nuestro chiquitos jamás dejaran de interrogarnos acerca de todo.
Y seguimos con las preguntas de los curiositos de la casa.
En un artículo anterior estuvimos hablando acerca de los interrogantes relacionados con la separación y con temas religiosos, pero nuestros chiquillos son una máquina de preguntar, para ello continuaremos con algunas preguntas más.
Tenemos que escuchar a nuestros bebés y mantener con ellos diálogos en lugar de monólogos, si queremos ayudarles a desarrollar su lenguaje. Según publica la revista Pediatrics en la edición de julio, el efecto de una conversación bidireccional entre un adulto y un niño, es casi seis veces mayor que el efecto de una conversación unidireccional de un adulto.