En sólo dos o tres días ya estarás de vuelta en casa, eso sí, si saliste de ella con una tremenda barriga ahora vuelves con tu angelical criatura entre los brazos. Es en ese momento cuando, sobre todo si eres primeriza, empiezan a surgir todas las dudas, entre ellas la más habitual es saber si vas a ser capaz de ofrecerle todo lo necesario para sus cuidados básicos. No te preocupes cuentas con tu instinto como bandera y, muy importante, con los consejos de tu pediatra
Aunque durante los primeros meses de vida de nuestro bebé las visitas al pediatra son habituales, llega un momento en el que, sin saber muy bien porqué, el pequeño empieza a sentir cierta aversión y miedo con la sola presencia del facultativo. De una semana a otra, lo que hasta ahora había sido una visita, más o menos, normal se convierte en una pesadilla donde incluso, algunos niños, expresan verdaderos ataques de pánico.
Hace unos días nos contaba Mónica la historia de los padres que han perdido dos bebés por meningitis. Más allá de la tragedia y los fallos médicos o las injusticias, me llamó la atención que la madre sospechó en las dos ocasiones que a los niños les pasaba algo grave. En las consultas de pediatría es muy habitual que esto suceda. Los bebés sólo tienen tos, aparentemente, pero la madre sin poder explicarlo dice que a su hijo le pasa algo más.
Amalia Arce es una pediatra y mamá que, además, escribe en su blog personal algunas de sus experiencias y conocimientos acerca de mundo de los bebés. A mí me ha resultado especialmente interesante y divertido esta clasificación que hace de los diferentes tipos de madres que pueden aparecer en su consulta. ¿Te atreves a buscarte cuál puede ser el tuyo?