Tengo miedo a que se atragante cuando come
Uno de los miedos más frecuentes que se puede tener al comenzar con la alimentación complementaria de los pequeños es al atragantamiento, este miedo puede estar presente por un largo tiempo.
Uno de los miedos más frecuentes que se puede tener al comenzar con la alimentación complementaria de los pequeños es al atragantamiento, este miedo puede estar presente por un largo tiempo.
Una de las primeras advertencias que recibí por parte de mi pareja fue muy clara: "cuidado con la comida, al no tener dientes es posible que se atragante". Es evidente que durante los primeros meses tuve un cuidado extremo. Incluso llegando a evitar los grumos de la leche. Estos también podían provocar problemas.
El mundo del bebé y sus complementos es todo un universo del que nunca se termina de descubrir lo suficiente. Afortunadamente cada vez son más los productos que nos ofrece el mercado a fin de hacernos la vida más fácil y más segura, sobre todo para estos pequeños nuestros que tanto tienen que aprender, de forma acelerada, durante los primeros meses de su vida.
El turrón, los mazapanes o las salsas típicas de la Navidad, se elaboran con frutos secos. Hemos hablado en algunas ocasiones de los riesgos de los frutos secos, pero los pediatras nos los recuerdan una vez más, para tener unas fiestas en paz. Si hay niños menores de tres años en casa, hay que estar muy pendientes de lo que comen.
El atragantamiento es una de las cosas que más miedo nos dan a los padres. Los bebés, antes o después, tienen que empezar a comer sólidos y aprender a tragarlos y a veces hay algún susto. Por lo general el mecanismo de supervivencia, la tos, funciona muy bien y el niño expulsa el trocito por si mismo, pero por desgracia en otras ocasiones hay que provocar la salida y no siempre se consigue. Todos deberíamos saber reaccionar en esos momentos.
Hemos hablado en alguna ocasión de lo peligrosas que son las pilas de botón para los niños. Por el tamaño son fáciles de tragar, pero además son muy tóxicas y pueden causar graves daños en el esófago del bebé si las ingiere.
Es más o menos habitual que a lo largo de la infancia nuestro niño vaya experimentando con su cuerpo, observando todos los orificios que lo componen. Al pequeño le resulta atractivo cada descubrimiento de sí mismo y va a ponerse a prueba, como un juego, a fin de que comprobar hasta donde llegan sus pequeños juguetes o cualquier otro objeto que encuentren por el suelo.
Anualmente 2 millones y medio de niños estadounidenses sufren un episodio de atragantamiento, de ellos mueren 2.000, la mayoría menores de 3 años. Aunque ese es el promedio de edad, la mitad de los pequeños tiene menos de dos años. Los alimentos y los objetos inorgánicos son los principales responsables. Desde los seis meses, más o menos, los bebés exploran el mundo a su alrededor con las manos y la boca. Lo chupan todo como parte de su aprendizaje. Por eso es muy importante que despejemos las zonas donde están de elementos peligrosos.
Una de las peores situaciones que podemos vivir cuando nuestros hijos son pequeños es el atragantamiento. Los niños, siempre llevados por su insaciable curiosidad, buscan y encuentran todo tipo de peligros a su alrededor, incluso en el mínimo rincón donde no habíamos reparado nunca puede existir una pequeña pieza, un inaccesible tornillo o un botón caído de su propia ropa que acabe alojado en su garganta provocando unos segundos de verdadera angustia para ambos. Con unos movimientos eficaces podemos liberarle del objeto extraño pero, como siempre, lo mejor es evitar el riesgo siempre que nos sea posible.
Sin embargo, el mero hecho de comprar un juguete lleva implícita una responsabilidad importante ya que no se trata de adquirir cualquier cosa para salir al paso. De hecho, en lo que va de este año que estamos a punto de cerrar (de enero a noviembre), se han retirado del mercado nada menos que 230.000 juguetes, el 90 por ciento de los cuales procedía de algún país asiático y no había pasado ningún control.