Privacidad, seguridad y vigilabebés

La tecnología es una herramienta que puede facilitarnos la vida en muchos ámbitos. Sin embargo, cada vez es más evidente —a raíz de las numerosas vulnerabilidades que han salido a la luz y que afectan a este tipo de aparatos— que no son herramientas infalibles, sino que adolecen de fallas de seguridad que pueden poner en peligro cuestiones como la privacidad de sus usuarios.

Si hay un ámbito donde esta cuestión adquiere una gravedad particular es en los dispositivos utilizados para la monitorización de la actividad de los más pequeños: los llamados vigilabebés. La protección de la seguridad y la privacidad de los niños se presenta como un asunto de vital importancia, lo que explica que las vulneraciones de dispositivos de vigilancia para bebés tengan una repercusión tan notable y provoquen tanta polémica.

A través de estos aparatos podemos ver y escuchar a nuestros hijos a tiempo real, e incluso comunicarnos con ellos por medio de un altavoz en caso de que necesitemos calmarlos. Se trata de aparatos cada vez más cómodos y potentes, con capacidad de conexión a las redes wifi, y una calidad de imagen y sonido muy nítida. Se pueden controlar a través de dispositivos móviles, así como desde ordenadores o tablets. ¡Lejos quedan los antiguos dispositivos estilo walkie-talkie en los que escuchar a nuestro bebé era más parecido a escuchar una cacofonía que otra cosa!

Sin embargo, todo tiene su contraparte, y estos brillantes avances han provocado que las facetas de seguridad de algunos de estos dispositivos no cuenten con las garantías necesarias para blindar el acceso a las imágenes, los sonidos y a otra información sensible recogida por los aparatos. Algunas veces los dispositivos envían los datos a la nube sin consentimiento de los usuarios, en otros casos, los protocolos de conexión inalámbricos no son seguros y mucho de los usuarios no sabe tan siquiera qué es una VPN.

Ya sea porque los protocolos y los sistemas de seguridad de este tipo de dispositivos, en ocasiones, dejando mucho que desear, o porque muchos usuarios no se molestan si quiera en cambiar las credenciales de inicio de sesión (nombre de usuario y contraseñas que aparecen por defecto), lo que facilita en gran medidas las intrusiones maliciosas, lo cierto es que varios de estos dispositivos han sido víctimas de ataques de hackers que consiguen acceder a los sistemas y con ello, nada menos que a las imágenes y vídeos grabados por los aparatos, a información privada sensible como puede ser nombre, el email o incluso a la foto de perfil de los usuarios. En algunos casos, como en la falla identificada por la compañía Bitdefender que afectaba a la marca iBaby Monitor, la vulnerabilidad era tan profunda que permitía al asaltante acceder a archivos almacenados en AWS, así como a las credenciales de inicio de sesión en esta plataforma.

No son los únicos del sector de las cámaras de seguridad y vigilancia que se han visto expuestos a peligros semejantes, varios productos de la marca Xiaomi, tuvieron que enfrentarse, en su momento, a amenazas parecidas. Esto pone de manifiesto la magnitud del problema y su generalización en los últimos tiempos.

Las consecuencias de estos ataques pueden ser nefastas, tanto en términos de filtraciones de información y acceso a datos privados, como, en los casos más graves, en términos de comercio ilícito con imágenes de menores. Es imprescindible, por ello, tomar todas las precauciones de seguridad necesarias y pertinentes, consultar con técnicos informáticos especializados en la materia, o con el mismo soporte técnico del dispositivo de vigilancia que compremos, mantenernos al día con respecto a las novedades y las actualizaciones de seguridad que pudieran afectar a estos aparatos, y conocer al detalle los sistemas y protocolos de seguridad de los productos que adquirimos si queremos asegurarnos de que nuestra información está lugar seguro y las imágenes de nuestros hijos, protegidas de ciber-delincuentes.