Prevención y cuidados de la vista del bebé

Prevención y cuidados de la vista del bebé

Escrito por: Belén    23 octubre 2015     2 minutos

A las 31 semanas de gestación los ojitos del bebé ya muestran el reflejo pupilar de la luz o reflejo fotomotor, es decir, sus pupilas se contraerán si reciben un haz de luz, como lo harán el resto de su vida si no hay ningún problema. Es uno de los reflejos que comprobará el médico en cuanto nace nuestro hijo. La vista se va desarrollando poco a poco y el pediatra irá constatando que lo hace correctamente. Días después del nacimiento los párpados reaccionarán a la luz protegiendo al ojo; a las seis semanas será capaz de reaccionar a expresiones faciales y, a los dos o tres meses de vida sus ojitos podrán seguir un objeto luminoso.

Si todo es normal y nuestro bebé no muestra ningún síntoma de mala visión, los expertos como el IMO, Instituto de Microcirugía Ocular, recomiendan una primera revisión oftalmológica a los 3-4 años y después anualmente hasta que nuestro hijo cumpla 10 años, momento en que las revisiones pasarán a ser bi-anuales hasta los 16.

Pero, el cuidado de la vista de nuestros hijos podría ser necesario incluso antes de concebirlos. Sería el caso de las familias con patologías genéticas. El IMO cuenta con un equipo médico altamente especializado y comprometido, con la tecnología más avanzada en unas instalaciones amplias, cómodas y modernas. Entre sus servicios el IMO cuenta con un laboratorio de biología molecular que puede diagnosticar unas treinta patologías oculares hereditarias. Tras realizar un estudio familiar a partir de muestras de sangre la familia puede tener un completo diagnóstico genético, en el que se puede identificar el patrón de herencia de la patología y la probabilidad de transmitirla a los hijos. De este modo podemos tomar medidas y, además este diagnóstico nos serviría para sentar las bases para la aplicación precoz y eficaz de futuras terapias génicas que permitirán tratar enfermedades actualmente sin cura.

La vista debe formar parte de los exámenes de salud habituales de los niños y debemos dedicar la misma atención que a su desarrollo físico e intelectual, al sueño o la alimentación.

Foto | Flickr-Philip Dehm


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