El mejor seguro para tu familia y para tu hogar

Contratar un seguro de hogar sigue asumiéndose en la economía familiar como un gasto, cuando lo que más se acerca a la realidad, desde un punto de visto objetivo, es que es una inversión en salud y bienestar.

Dejando a un lado que en muchas ocasiones este tipo de pólizas están vinculadas al pago de una hipoteca, lo que convierte a esa inversión en una operación obligatoria, el conjunto de beneficios que supone para la familia disponer de un seguro de hogar es más que interesante.

Mucha gente se pregunta por qué es necesario pagar por riesgos que quizás no sean tan frecuentes como un incendio, un robo, daños derivados de fallos eléctricos o problemas ocasionados por fenómenos meteorológicos adversos. La respuesta a todas estas preguntas es ganar en tranquilidad, y por qué no, también ahorrar.

Una pequeña inversión periódica que libra de gastos no siempre fáciles de afrontar

La vivienda es un ente vivo que necesita de mimos continuos. Su salud estructural se pone en riesgo si no se acometen los cuidados necesarios. Cuando esa tarea de cuidados y mantenimiento se deja a un lado aparecen averías, accidentes y problemas que requieren intervenciones para su arreglo.

Desde siniestros por inundaciones pasando por daños eléctricos o problemas que afecten a los electrodomésticos o el apartado estructural, todo ello suele estar incluido en los seguros de hogar, que cubren la mayoría de reparaciones a un precio ínfimo en comparación con hacerlo sin este sistema.

Si se inunda la vivienda y se ponen en riesgo las instalaciones eléctricas, el pago de la cuota del seguro siempre va a ser más económico que tener que afrontar el gasto sin estar cubiertos. De este modo los seguros de hogar deben verse como una red de apoyo, una inversión en tranquilidad.

Proteger la vivienda y todo lo que se aloja en ella, incluidos quienes la habitan

Las opciones a la hora de contratar una póliza de protección de hogar son múltiples, pero el tipo de seguro multirriesgo es ideal para familias porque incluye servicios de asistencia en el hogar, defensa jurídica y responsabilidad civil, además de otras protecciones opcionales como el alojamiento provisional por inhabilitación de la vivienda o ampliación de más daños materiales.

Por otra parte, la contratación de estos seguros también protege bienes que son de mucha utilidad o tienen un valor muy elevado, como los equipos informáticos o las joyas. En función de las pólizas este tipo de protección tendrá como respuesta la reparación si es posible, la reposición o la indemnización.

Pero sin duda el aspecto más relevante es la responsabilidad civil. Esto supone asumir el coste de reparar daños materiales o indemnizar por daños personales a terceros en aquellos casos en los que la responsabilidad sea achacable al asegurado o la vivienda en su propiedad.

Sin ser obligatorios en muchos casos, los seguros de hogar son el ejemplo más evidente de que pagar por protegerse frente a riesgos es la vía más cómoda para ganar tranquilidad en la familia. Estar cubierto por una compañía aseguradora es siempre un alivio.

Y además, estos gastos no solo se hacen visibles en caso de grandes inversiones, como pueden ser reparar fallos eléctricos por una sobrecarga en la red, sino también cuestiones más mundanas como simplemente dejarse las llaves en casa y tener que llamar a un cerrajero, por ejemplo.

¿Cómo contratar el mejor seguro de hogar?

La fama creciente que han adquirido estas pólizas protectoras para el hogar, que incluyen no solo bienes materiales sino también posibles daños personales, ha posibilitado que multitud de empresas ofrezcan opciones para todos los gustos.

Esto hace que no sea fácil decantarse entre todas ellas. La solución en ese caso para por acudir a comparadores de seguros o calculadoras de precio, herramientas de gran utilidad para filtrar entre diferentes compañías y seleccionar qué servicios se está dispuesto a contratar.

Con estas calculadores se puede también actualizar el seguro, incorporando nuevos grados de protección. La idea es ofrecer un mayor grado de seguridad en el hogar y tener como visión a largo plazo el ahorro económico. Considerar los seguros como inversión y no como gasto es una forma útil de ganar tranquilidad a nivel familiar.